sábado, 21 de abril de 2018

TRABAJOS DE MANTENIMIENTOS DE EL PAVIMIENTO EN CAÑADA DE GOMEZ.



En la era del 25 al 40 en Cañada de Gómez, hubo una gran disputa un intendente progresista empujaba una obra que iba a cambiarle la cara a Cañada de Gómez. La vieja esquina de Lavalle y Pagani con la confitería, los dos chinos, en el nordeste la casa Boston, artículos para caballeros, vasar de Bernardi en la esquina sureste y otro comercio en la suroeste tenían postes donde la gente de campo venia por las calles de tierra que surcaban la ciudad levantando polvo y ataban sus caballos susulquis, y otros vehículos tirados a sangre, era el programa una postal de Cañada de Gómez, aquellos visionarios de 1920 vieron el futuro cuando todavía era el pasado y al intendente Borgarello dos concejales de lujo que tuvo en el 20/30  lo apoyaron incondicionalmente para que el intendente pudiera doblegar a la olarquia que dominaba a Cañada de Gómez, y que tenia miles de baldíos que la municipalidad que cuyas calles debían  pavimentarse. Esas dos personalidades que empujaron tan fuerte y pudieron imponer el primer pavimento de Cañada de Gómez , se llamaban José Ramacciotti el Jefe de la estación de ferrocarril, Lorenzo Abate fueron el apoyo que necesito la ciudad para ganar el privilegio de ser la primera localidad de la zona que iba a tener pavimento y que iba a obligar a los propietarios ricos de aquella época a pagar esa mejora, que era lo que entorpecía la hora.
Pero esa gente no solo quería el pavimento sino “EL MEJOR PAVIMENTO” que iba a costar más, por supuesto, pero ya significaba un “lo que vendrá” para la ciudad que aparecía y que destacaba a las industrias y empezaba a pronosticar que Cañada iba hacer la capital nacional del mueble.
Fue una larga lucha los ricos y la oligarquía (que no es lo mismo) contrato a Juan Bima director del semanario la tribuna que había dejado de aparecer hacia tres años y que los ricos contrataban “Ya de entonces se usaba ese sistema político”. Y Bima desde su semanario empezó a insultar a don Lorenzo, y don José que apoyaban al intendente y que sumaban a la gran obra a Don Bartolo Cufia, al que muchos libros se lo indican como ingeniero Cufia pero no era ingeniero. Cufia tuvo en la década del 20-40 una gran influencia en la calidad del pavimento lograda. Y don Bartolo fue inflexible: Nombro por cuadra a un vecino con la función de medir la altura del cemento que se volcaba sobre las calles de tierra exigiendo que no fuesen menos de 18 cm y fueron varias las carradas de cemento que tuvieron que levantar, los que hicieron la obra para volver a volcar una que constituyera una garantía de supervivencia.
En estos momentos todavía recordamos casi un siglo después  a esos grandes hombres con los cuales se hacen las grandes ciudades. Y hacemos este comentario porque valoramos y aplaudimos que la actual intendenta, la mejor de la historia de Cañada de Gómez, en estos momentos este llevando adelante una obra que se había dejado de hacer, de mantenimiento y era imprescindible que no fuera así.
El rellenado de brea de las juntas de las juntas del pavimento y sus rajaduras que se van produciendo con el uso, evitan que se cuelen debajo del cemento el agua que ablandaría la base donde apoya el pavimento y produce como muchos lugares de la ciudad hundimientos y roturas que son motivo de los últimos 80 años de intendentes que hubo.
Vemos esa pequeña obra mechada con la maravillosa estación de colectivos que está llevando adelante la intendenta municipal y que será otro de los orgullos que adornaran  a este fenómeno casi inexplicable que fue Stella Clerici para Cañada de Gómez, dentro de 100 años quizás algún historiador recordara el nombre de Stella Clerici y de paso a lo mejor el de este diario que tanto elogia la increíble obra de esta mujer.
¡¡¡Sera justicia!!!
EL DIRECTOR