¿Cuántas veces en este pequeño humilde y servicial Diario del interior del país, dijimos que un
rico no puede gobernar a un pueblo pobre?
Cristina de Kirchner se dejó llevar por su vanidad personal
y no le dijo al pueblo argentino, antes de las últimas elecciones
presidenciales lo que opinaba de Perón y de Evita. Ella prefirió seguir
trabajando para que el apellido Kirchner reemplazara al de Perón en el corazón
de los trabajadores argentinos, sin darse cuenta cuántas cosas aprendió de Perón y las aplicó Néstor y ella
en sus mandatos presidenciales. El peronismo no es Perón y Evita, que está
muertos, sino una tendencia política para que los ricos sean un poco menos
ricos, y los pobres sean menos pobres.
Cuantas veces leyó Ud. En este diario humilde y servicial,
pero con muchos años de experiencia, que es más fácil que un camello pase por
el agujero de una aguja, a que un rico entre al Reino de los Cielos. Antes que
algunos lectores fanáticos, porque todavía hay fanáticos de Macri, digan algo contra
esta Editorial, les informamos que no somos nosotros los que inventamos este
dicho, sino que está escrito hace 2.000 años nada menos que en la Biblia
Católica Apostólica Romana.
Cuando Macri, antes de las elecciones dijo, que se puede, se
puede bajar la inflación, aumentar las jubilaciones, agrandar el mercado
industrial, incrementar las exportaciones de tantas cosas que se fabrican o
cultivan en el país, y otras promesas más, que no entendemos cómo los
argentinos, dueños de gran habilidad y capacidad para todo, no sólo para los
deportes, se tragaron el anzuelo por culpa de Cristina y su inexplicable
tendencia antiperonista, cuando en el fondo de sus principios están claritos
los discursos y obras de la Era en que Perón cambió la oligarquía que reinaba
en el país, y convirtió la Argentina en un país lleno de genios, artistas y
deportistas de fama mundial.
EL
DIRECTOR