Hace
un tiempo un tipo te decía vos sos peronista y era un insulto. O bien te decía
sos un anti peronista y también era un insulto. Entendemos que el peronismo dejó
de ser un partido político para ser una idea, como lo es el socialismo, el
radicalismo, el comunismo, la democracia progresista y como lo fue en su
momento el desarrollismo. Todo eso en si, entendemos que significa algo
positivo para el futuro del país. Tenemos que lograr que los mejores hombres
gobiernen la Argentina y no porque sean peronistas, oligarcas, radicales,
comunistas, etc. sino porque son los mejores dirigentes.
La
tendencia gremial a la reelección eterna de dirigentes sin obligación de
cambios al cumplir periodos determinados siempre fue una cueva de corrupción.
Así como lo fue en San Luis, una provincia modelo, sin pobres ni desocupación
con los Rodríguez Saá cuya derrota sorprendió al país en estas PASO.
En
todos los órdenes de la vida los enquistamientos en el poder de cualquier tipo es negativo.
Sino miremos lo que pasa con nuestro futbol en su peor momento institucional
justamente por la no renovación de sus cuadros directivos.
Queremos
un país que en octubre privilegie cambios esenciales. Se puede, se puede…
cambiemos! Cabe perfecto para lo que queremos que sea Argentina en el futuro.
Queremos a Macri, a Cristina, a Massa, a Castellani, a Lifschitz, todos los
buenos dirigentes que haya en el país metidos en la misma contienda. Hacer que
las enormes riquezas del país dejen de ser tierras con vizcacheras, ratas, o
malezas. Creemos que hacen falta ideas grandes para grandes soluciones. Por
ejemplo ¿a nadie se le ocurrió que cobrando un impuesto importante a las
tierras improductivas que son millones de hectáreas en Argentina impuestos bien
elevados para obligar a los imperialistas inversores a poner gente que hoy no
tiene trabajo hacer que esas tierras produzcan en beneficio del país, pero
también si lo analizan en beneficio de los propios dueños que compran para
invertir sin darse cuenta y hay otras formas de enriquecerse dando de vivir
mejor a la gente y al país.
Dejémonos
de hablar del pasado. Pero no nos
olvidemos de la justicia que para nosotros es el peor de los poderes que tiene
el país.
Recordemos
las palabras de Balbín delante del cadáver de Juan Domingo Perón en un acto que
en la historia se considera de un enorme valor político y social. Ya ser
peronista no es un pecado, como no lo es tampoco lo contrario. Debemos honrar a
los políticos argentinos que sucedieron a próceres y juntar sus aciertos, no
utilizar sus desaciertos que todos tuvieron en su momento porque el ser humano
que hace, muy a menudo también se equivoca.
Recordemos
la hidalguía de Alfonsín cuando en un
golpe militar entró desarmado desafiando las balas y el odio que en ese momento
seguía cegando a políticos y militares en contiendas inútiles.
La
Constitución Nacional es la biblia de la política que como lo hace el Papa
desde Roma tendrían que utilizarlo de la misma manera los políticos del
Congreso de la Nación. ¡Y no lo hacen!
Hay
varias cosas buenas que rescatar desde que subió Francisco, ya no es pecado ser
peronista ni antiperonista y ya se ha hecho una necesidad que dejemos las
diferencias de lado y empecemos a pensar todos en color celeste y blanco aunque
nuestro presidente tenga su corazón azul y amarillo.
Necesitamos
que el Congreso de la Nación no sirva de escondite para delincuentes que le han
robado al país, sino un lugar donde se reúnen grandes hombres a discutir los
grandes problemas para tratar de solucionarlos.
Octubre
está ahí nomas, a un paso, que ese paso lo demos con seguridad buscando otro
tipo de país que es lo que merecemos.
EL
DIRECTOR.