viernes, 17 de mayo de 2019

Para viejos… Y jóvenes maduros LA PÁGINA DE ATILA JARTTI



PARA NUESTROS QUERIDOS LECTORES.
Hace nada menos que 62 años que este diario mantiene un nivel muy similar desde el primer dia. Descubrimos que a los 20 años de edad, también se pueden tener brillantes ideas y lo comprobé muchas veces en brillantes escritos de chicas y muchachos de 18 o menos años todavía.
La juventud tiene una frescura para ver las cosas y verlas desde la vereda de enfrente que no tiene los mayores que se ve que por la ciática, la artrosis, la osteoporosis les impide   y no se preocupan que la verdad puede ser vista por un joven de de 15 o 18 años que por un viejo de 83 años como yo.

Teniendo 18 pensé que una revista semanal en Cañada de Gomez era necesaria para conocer los muertos, las fiestas, las noticias importantes de un pueblo que se habia quedado sin voz cuando la revolución libertadora en 1955 clausuró “la nota de Iriondo” fundada por Ángel Federico Robledo.

La ciudad y la zona se habían quedado sin voz, no habia radios, ni diarios, ni semanarios que le informaran a la gente qué pasaba en el país y en la zona. Le llamó la atención mi proyecto a un viejo que no podre olvidar nunca: el profesor de historia del Colegio Nacional Horacio Fernández Méndez , que desde los 18 años a los 20, no faltó una sola vez que me encontrara (  ya no era su alumno)  que me preguntaba  por la famosa estrella de la tapa que cuando salía, que como iban las cosas  demás está decirle que en el 1957 hablar de hacer periodismo estaba prohibido ya que terminaban de  exiliar a Perón y estaba hasta prohibido nombrarlo , cosa que podía costar la cárcel . Créalo o pregúntele a un viejo como yo.
Cuando Bernasconi Roberto el periodista más reconocido en ese momento en la ciudad se dejó llevar por mí en una motoneta Siambretta verde  a Cañadenzo donde conseguimos un total apoyo y entusiasmo en Angel Lovazzano el dueño de Cañadenzo, una de las grandes fábricas de Cañada de Gómez pero de eso ya hablamos mucho. Es solo para ubicar en qué año estábamos cuando nació Estrella.
Hoy nos sentimos muy bien recibidos por la gente mayor y no tanto por la gente joven pese a que en nuestras páginas hay futbol, básquet, comentarios que a otra gente  joven les puede interesar. Incluida la ya famosa historieta de nuestra contratapa. Esta primera cita de Horacio Fernández Méndez tiene un poco de sentido de agradecimiento a quien mientras pudo colaboró  ad- honorem varios años con Estrella.
Nos damos el lujo de creer y pregonar que jamás traicionamos el progreso, la verdad y la justicia.
Ese es el primer personaje que elegimos para llenar esta página. Fue un verdadero impulsor y causante de esta vigencia record de un periódico en Cañada de Gómez y la zona. Horacio Fernández Méndez nos da un poco de vergüenza decirlo admiraba todo lo que hacia. El decía que yo debía ser pintor y de vez en cuando periodista cosa que me salió a la inversa hasta hace 30 años fui periodista y de vez en cuando pintor. Fernández Méndez decía que él habia sido en su juventud un guía para los museos y que entendía de pintura.  Y que mis cuadros los impresionaban porque cuando llegaba frente a uno algo lo atraía y si el ponía su nariz tocando la tela que parecía que sentía el aliento   del personaje del cuadro que estaba mirando.
Permanentemente reiteramos el nombre de Fernández Méndez, un talentoso caballero que amaba a todas las mujeres… pero con admiración y respeto! Entre sus lemas y conceptos tenia curiosos datos: cuídate de los tartamudos, de los tuertos, de los muy petisos, de los rengos de nacimiento… el interpretaba que el hecho en si los hacía resentidos sociales y es verdad. Además tenía un pre-concepto si un hombre tenía cara de estúpido y ya habia cumplido 41 años, era estúpido.  Igual concepto para los que tenían cara de degenerados, de buen tipo, de intelectual, etc., el consideraba que a los 41 años el rostro definía la personalidad del dueño o dueña.
Este es el primer personaje que presentamos con un motivo más sentimental que histórico en Estrella, jamás olvidamos a los que nos ayudan o nos respetan aunque nosotros a veces a algunos no respetaríamos jamás.
Tenemos para estas columnas materiales para hacer dulce y no lo vamos a dejar morir cuando yo muera.