El futbol argentino no es
precisamente un ambiente sano, democrático y sin favoritismo. Es un lugar tan
corrupto como el de la política de algunos gremios y hasta de algunos
narcotráficos.
Argentina es el único país que no
permite entrar a las hinchadas del equipo visitante, y uno sabe que una
hinchada son como dos jugadores más dentro de la cancha, vale decir que si no
es partido y revancha los campeonatos van a tener todos la limitación de esas
barbaridades de no dejar a los hinchas visitantes de entrar a las canchas de
futbol.
Es tan sencillo meter preso a los
revoltosos por varios años que el solo hecho en sí, a 100 tipos, haría que los
miles que los siguen en las malas costumbres de hinchas fogosos a abandonar sus
hábitos.
No podemos pensar que Inglaterra,
que tenía una hinchada feroz, borracha, sanguinaria haya podido enderezar las
cosas con medidas eficientes que alejó de las cancha inglesas las barbaries ya
hace un tiempo, y nosotros los argentinos seguimos lidiando con la justicia de
puertas giratorias que entorpece cualquier tipo de opinión, que permita
jerarquizar nuestro futbol y podamos gozar de un espectáculo digno, hermoso,
donde se mezclan los pobres con los ricos y se abrazan por una camiseta amada
sin entrar en la discordia de una violencia que no tiene razón de ser.
No dudamos que el futbol
argentino es uno de los mejores del mundo, menos en lo concerniente a la
educación de sus hinchadas. Las leyes se hacen para todos, menos para algunas
cosas del futbol. ¿No se dio cuenta usted como esquivan los árbitros de ir al
Var a ver de nuevo si era penal o no, una jugada? Los árbitros le tienen pánico
a la cámara de televisión, porque gracias a que no habia esas cámaras tiempo
atrás ganaban un suculento aguinaldo con las coimas, porque si algún periodista
quiere averiguarlo bien que analice cuantos penales le han dado a Boca y a
River y cuantos le han dado a Ferrocarril Oeste o Aldosivi de Mar del Plata.
¡Es tan fácil ir a ver una pantalla,
si fue penal o no una jugada!
Usted no va a ver ningún desorden
donde las cámaras le dicen a todo el mundo si la pelota picó adentro o picó
afuera con el ojo de águila en el Tenis, en Básquet o en el Rugby. Lo que pasa
es que en el futbol hay demasiada bosta dentro de las canchas que son difíciles
de limpiar.