MAURICIO MACRI Y ALBERTO FERNÁNDEZ CON SUS MUJERES, ABRAZADOS
DELANTE DE LA VIRGEN DE LUJÁN PROTAGONIZARON UN DÍA INOLVIDABLE PARA ARGENTINA
Y EL MUNDO.
Ahora si podríamos coincidir con
Mauricio Macri, otro Macri diferente al que estuvimos analizando en estos
últimos cuatro años dio vuelta la página de la historia y súbita e inesperadamente
en un abrazo con Alberto Fernández deja sellada la famosa brecha que nadie podía
destruir.
Tenía que ser delante de la
virgen de Luján…
Tenía que ser delante de todo el
pueblo argentino…
Y tenía que ser dejando de lado
todas las antinomias, los enfrentamientos, los choques de dos corrientes
opuestas que por primera vez en cuatro años abrazaron la misma bandera del
mismo pueblo que así se los exigía. Cuando el pueblo argentino vio el
espectáculo maravilloso de dos presidentes argentinos con sus mujeres tomando
del mismo vaso, al lado el uno del otro y abrazándose reiteradamente. Les
aseguramos a todos nuestros lectores que muchos argentinos lloraron. Pero
lloraron de alegría. Veían desaparecer lo que parecía inevitable y súbitamente
vieron desaparecer una brecha que para la política podía haber sido imposible
de cerrar, pero que la virgen de Luján y el Papa Francisco supieron eliminar.
Nuestros lectores tienen que
comprender nuestra forma de hacer periodismo. Una forma diferente a la habitual
de otros medios grandes y semiparalizados por los compromisos económicos y
mediáticos naturales.
Todos necesitábamos esta gran
fiesta del amor que tuvo lugar el domingo, nada menos que en Luján, tierra de
milagros.
Hoy tendremos otro presidente,
pero al parecer esta vez no actuará el pas presidente poniéndole palos en la
rueda a la historia que se viene. La iglesia estuvo muy presente y podíamos
decir que fue indispensable para que este vuelco se produjera. No estaba
Francisco pero si sus cardenales hablando esta vez con voz pausada y armoniosa
de lo bueno que estaba viendo todo el mundo y donde no dejaron de estar
invitados y participar emocionalmente los musulmanes, los judíos, los
mahometanos que tuvieron un micrófono para expresar su fe y el reconocimiento
virtual de que para todos existe un solo Dios verdadero.
Siempre hemos dicho en este
diario que Dios es argentino. Desde hace menos tiempo le agregamos que el Papa
es argentino, hoy con una mano en el
corazón le damos gracias a Dios por haber escuchado tantas veces en estas
páginas nuestro desesperado pedido de auxilio que se hizo presente el domingo
delante de la virgen que tantos millones de fieles veneran.
Hablaron otras religiones
cristianas e inclusive las hebreas.
Cerramos con este último editorial de una
época durísima donde ocupamos un lugar de trabajo y de lucha para que los
beneficios de cualquier gobierno no dejaran de tener como prioridad absoluta el
bienestar de las familias, la garantía del trabajo y la felicidad de todos.
JOSE ANTONIO
RAMACCIOTTI. EL DIRECTOR.