martes, 10 de diciembre de 2019

SÚBITAMENTE ARGENTINA VUELVE A VIVIR.




MAURICIO MACRI Y ALBERTO FERNÁNDEZ CON SUS MUJERES, ABRAZADOS DELANTE DE LA VIRGEN DE LUJÁN PROTAGONIZARON UN DÍA INOLVIDABLE PARA ARGENTINA Y EL MUNDO.
Ahora si podríamos coincidir con Mauricio Macri, otro Macri diferente al que estuvimos analizando en estos últimos cuatro años dio vuelta la página de la historia y súbita e inesperadamente en un abrazo con Alberto Fernández deja sellada la famosa brecha que nadie podía destruir.
Tenía que ser delante de la virgen de Luján…
Tenía que ser delante de todo el pueblo argentino…
Y tenía que ser dejando de lado todas las antinomias, los enfrentamientos, los choques de dos corrientes opuestas que por primera vez en cuatro años abrazaron la misma bandera del mismo pueblo que así se los exigía. Cuando el pueblo argentino vio el espectáculo maravilloso de dos presidentes argentinos con sus mujeres tomando del mismo vaso, al lado el uno del otro y abrazándose reiteradamente. Les aseguramos a todos nuestros lectores que muchos argentinos lloraron. Pero lloraron de alegría. Veían desaparecer lo que parecía inevitable y súbitamente vieron desaparecer una brecha que para la política podía haber sido imposible de cerrar, pero que la virgen de Luján y el Papa Francisco supieron eliminar.
Nuestros lectores tienen que comprender nuestra forma de hacer periodismo. Una forma diferente a la habitual de otros medios grandes y semiparalizados por los compromisos económicos y mediáticos naturales.
Todos necesitábamos esta gran fiesta del amor que tuvo lugar el domingo, nada menos que en Luján, tierra de milagros.
Hoy tendremos otro presidente, pero al parecer esta vez no actuará el pas presidente poniéndole palos en la rueda a la historia que se viene. La iglesia estuvo muy presente y podíamos decir que fue indispensable para que este vuelco se produjera. No estaba Francisco pero si sus cardenales hablando esta vez con voz pausada y armoniosa de lo bueno que estaba viendo todo el mundo y donde no dejaron de estar invitados y participar emocionalmente los musulmanes, los judíos, los mahometanos que tuvieron un micrófono para expresar su fe y el reconocimiento virtual de que para todos existe un solo Dios verdadero.  
Siempre hemos dicho en este diario que Dios es argentino. Desde hace menos tiempo le agregamos que el Papa es argentino,  hoy con una mano en el corazón le damos gracias a Dios por haber escuchado tantas veces en estas páginas nuestro desesperado pedido de auxilio que se hizo presente el domingo delante de la virgen que tantos millones de fieles veneran.
Hablaron otras religiones cristianas e inclusive las hebreas.
 Cerramos con este último editorial de una época durísima donde ocupamos un lugar de trabajo y de lucha para que los beneficios de cualquier gobierno no dejaran de tener como prioridad absoluta el bienestar de las familias, la garantía del trabajo y la felicidad de todos.  

JOSE ANTONIO RAMACCIOTTI. EL DIRECTOR.