jueves, 12 de diciembre de 2019

“VOLVERÉ Y SERÉ MILLONES”



Cuando los argentinos decimos que Dios es argentino en estos momentos también podríamos agregar que por eso también el Papa es argentino y no quepan dudas que desde el Vaticano el papa tiene que haber tenido mucho que ver con el fenomenal cambio de orientación de la política Argentina.
La fiesta potenzada durante todo el día el martes con la presencia multitudinaria del pueblo argentino, entre el Congreso y la Casa de Gobierno, Argentina se subió a otro barco y navega hacia aguas mansas.
A alguien se le ocurrió decir por ahí que se producía el vaticinio que hace tantos años hacía la memorable e inolvidable Eva Perón. Acorralada por un mal que la llevaba inexorablemente a la tumba, le dijo a sus descamisados: “Volveré y seré millones”.
¿Acaso la fiesta del martes no pareció una fiesta peronista?  Una fiesta del pueblo como hacía muchos años no se daba. Una alegría de todos, menos algunos que solidificaban las bases de una nueva Argentina que con miles de problemas creados por políticos de otro signo, habrían hambreado, desalojado y abandonado al sector más humilde del pueblo argentino.
Y hubo hambre… y hubo maldad y hubo traiciones en manadas de discursos que para nada se compadecían de las letras y palabras de ese discurso, porque las mentiras pululaban en el aire, en las gargantas y en los oídos de un pueblo avasallado, castigado injustamente sin esperanzas, sin dinero, sin trabajo y sin compasión de los sectores mandantes.
Hasta altas horas de la noche, desde la tarde muy temprano, la Plaza de Mayo se lleno de ritmos, de alegrías, de entusiasmo y de gente feliz.” Habia vuelto Perón”, pensaban algunos. Gente de todo el país coincidió en esas pocas cuadras que separan el Congreso de la Nación donde juraron las nuevas autoridades, y la Casa Rosada frente a la cual se iba a ser la gran fiesta durante toda la tarde/noche. No hubo desmanes, no hubo insultos. Solo sobre la noche un pequeño grupo se acordó de la madre de quien habia dejado de ser presidente hacía pocas horas. Brillante el discurso de Alberto Fernández, alumno dilecto de Juan Domingo Perón hace tantos años, y hoy elegido por un pueblo que veía en él una esperanza de donde se podían aferrar las clases más castigadas por un gobierno oligarca y sin respeto por las clases bajas, por los jubilados y por toda la juventud que no encontraba puerta abierta para penetrar en el futuro de un país rico e insólitamente castigado por sus políticos de extrema derecha sin ninguna clase de piedad ni de compromiso.
Con seguridad el 70% de los argentinos, como mínimo, vivieron el martes una navidad anticipada. Con regalos y todo. Con gente que iba a comandar desde ese día a este país hermoso pero con las normas peronistas tal como ocurrió hace tanto tiempo y con tan buenos resultados en nuestro país.
Todos sabemos que no va a ser fácil. Pero todos sabemos que para los argentinos no hay nada difícil. Todos estaremos en la batalla en lo posible desactivando esa bomba contra la pobreza que habia instalado con orden de explosión Mauricio Macri.
Quién sabe si el mismo Mauricio no sintió en su corazón (porque debe tener uno) la culpa de todo lo que hizo en cuatro años viendo a su alrededor la risa, la sonrisa y la alegría de los que perjudicó con su gobierno sin piedad por los seres más necesitados y que soportaban hasta hoy el hambre, la desidia y el abandono.
En Estrella somos respetuosos de los cultos diferentes que tienen un mismo Dios pero que viven separados entre sí. Emocionó profundamente al pueblo lo ocurrido el viernes en Luján, completó la alegría del pueblo el martes en las calles de Buenos Aires. A nosotros que pedimos perdón a quienes piensan distinto si alguna vez molestamos con nuestros verbos y adjetivos, también le pedimos perdón pero nuestro Diario nació para luchar para elegir los mejores caminos, para lograr el progreso, la verdad, y la justicia sin mirar el color que tengan las banderas, porque para nosotros siempre será un compromiso con Dios y la patria decir la verdad a la gente, esa verdad que le dicta el corazón con nuestras palabras.  
Gracias Dios…gracias Francisco y gracias a todos los argentinos que desde hoy esperamos no habiendo ya brecha, todo nos llevará al mejor puerto.
EL DIRECTOR.