sábado, 30 de enero de 2021

ATILA JARTTI, TUTTI FRUTTI.

La tira Cacho Dinamita nació en la calle Suipacha al 500 en un asado de amigos luego de un baile exitoso del Centro de Ronda Musical. Después del asado empecé a hacer caricaturas, se divirtieron mucho los 10 que compartíamos el asado y de pronto se me ocurrió decir:

-          “Yo quisiera hacer una historieta de boxeo en el Diario, pero no tengo tiempo”.

Pozito Cabrera, uno de los presentes, el asador de la noche me dice:

-          “Bueno José, vos dibujas muy buenas caricaturas pero una historieta no creo que puedas hacer”.

Aunque no dijeron nada, los demás pensaban igual.

A lo que yo rematé:

-         “Les juego un asado a que yo hago una historieta en el diario, si en 1 semana no la hago, el asado lo pago yo y si lo hago, el asado me lo pagan ustedes a mi”.

Tochi Ceballos dijo:

-         “Yo hago el asado y lo paga el perdedor”.

Pasó el momento de ese asado, todos los muchachos se fueron convencidos de que yo no iba a poder hacer una historieta de boxeo en Estrella.

Por lo que todos pensaron que el asado del domingo que viene lo iba a pagar yo…

El lunes, medio a la desesperada, hice la primera tira, el martes la segunda y la tercera y el miércoles la cuarta y la quinta.

¡El asunto era ganar el asado del próximo domingo!

Generalmente a esos asados los hacíamos después de una función de Ronda Musical a la cual mis amigos estaban acostumbrados a ir.

Mi idea era que después de ganar el asado, no seguir con la historieta y con la tira porque era un esfuerzo, un empeño y un sacrificio muy grande y yo con la venta de orquestas, bandas, grupos y conjuntos, la organización de grandes festivales, fiestas, celebraciones y bailes y el Diario al cual no podía descuidar, tenía que ser una maquina, imposible para un ser humano.

Llegó el domingo, presenté las primeras tiras de la historieta ante los muchachos, los cagué bien cagados, comimos el rico asado, lo pagaron ellos por supuesto y después, todo siguió igual…

Pero cuando en mi casa esa noche, estaba acostado, por dormirme, pensé:

-         “¿Y porque no?”.

Y ahí arrancó Cacho Dinamita, para ganarme un asado.

Hoy tiene una gran historia con más de 4.000 tiras y es un símbolo, un ícono, un distintivo y una marca registrada mía y de este diario…

Y todo por un asado.

[Foto de caricatura de Raúl Salomón]

Y ya que les cuento de cómo nació Cacho Dinamita, les quiero contar a tanta gente a la cual le tengo que agradecer su apoyo, como casi se muere la historieta unos meses después…

La idea mía era tener todos los personajes de la tira como modelos y por eso se ven en ella a gente conocida y querida del pueblo haciendo de personajes de la historieta como Cosme Valfosca, Hugo Barrera, Pozito Cabrera, Tochi Peralta, Navarro, Cacho Schwarzans, Betique, ¡yo mismo! Y el gran Tito Lecture.

Esa tira que había empezado a dibujar cuando tenía 12 años se apoderó de mi mente suspicaz y no me la pude sacar más de la cabeza.

Pensé en buscar a una chica que hiciera del personaje de “Linda” para tener un modelo que no vaya cambiando con el tiempo como ocurre con todos los dibujantes, historietistas y caricaturistas.

Busqué por todo Cañada y encontré a una chica joven y muy hermosa llamada Sandra Beck, hoy la esposa de Pablo Di Tomaso.

Le saqué fotos y ahí armé el personaje, paso un tiempo y empecé a programar en la tira el asesinato de Linda, la amante enamorada de Cacho.

El marido de Linda del cual se había separado, no quería pasar de cornudo en todo el pueblo y contrató a dos sicarios para matarla y evitar que lo volvieran loco con el mote de cornudo que agobiaba a Sergio Marinosi, el marido de Linda.

La tira iba bien hacia el momento del asesinato cuando un día voy a hacer una compra al supermercado “Sol” que era de los Sileoni y estaba ubicado en la esquina noreste de Ocampo y Moreno. Al entrar a hacer las compras con un bolso me para Raúl Salomón ex bancario cuya caricatura le había hecho cuando yo era bancario en un momento de ocio. Raúl con un dedo en mi pecho, me dice:

-         “Tengo que hablar con vos de algo muy serio”.

Le contesto:

-         “Espérame gordo que hago una comprita y charlamos”.

Había una larga fila pero él, espero.

Salí con un paquetito y el gordo me estaba esperando. Mirándome de frente y serio, me dice:

-         “Mirá José, yo te conozco. Sé que pensas matar a Linda, la novia de Cacho, pero si lo haces anda borrándome de suscriptor, a mí y a mis 4 hijas que todos recibimos Estrella, no te digo más nada”.

 

Y se fue dejándome ahí plantado como una estatua.

 

Nunca pensé que una historieta donde era todo ficción, todo invento y toda fantasía, pudiera tener tanta fuerza, adhesión, seguimiento y admiración al punto de obligar a un hombre que era candidato al puesto de gerente del banco provincia de Cañada de Gómez, a una actitud tan extraña, rara y sorprendente.

 

Lo pensé y me dije:

 

-         “Si la gente cree que Linda existe realmente, puede haber muchos que piensen como Raúl”.

Esa noche cite a 2 amigos míos que eran Cosme Valfosca, mi primo y Miguel Caggiano a comer en la Parrilla Governatori, hasta hace poco llamada “Parrilla Don Ernesto”.

Les conté lo que me pasaba y ellos me ayudaron a arreglar el guión para que Linda de Marinosi no fuese asesinada en la tira.

Así fue y así no perdí a un amigo ni a 5 suscriptores del Diario que en ese entonces se repartía por correo por todo el pueblo y tenía a más de 1.500 abonados.

Cuando cambié la tira lo llamé a Raúl y le dije que se quedara tranquilo, que Linda no se iba a morir. Me dio las gracias y me dejó un cálido recuerdo de él, un tipo 10 puntos en todas sus cosas y un compañero bancario al que recuerdo con mucho afecto y con mucho cariño.