sábado, 14 de agosto de 2021

KIKO: VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE UN GRANDE DE LAS PAREJAS.

Las Parejas, la capital nacional de la maquinaria agrícola, donde
este diario llega desde hace casi 64 años y todos los historiadores e
investigadores extraen de nuestras colecciones de revistas al
principio y de diarios después, de los grandes éxitos y triunfos de la
ciudad del milagro, como le decimos en Estrella.
En Las Parejas se recuerdan con honor, con orgullo y con gloria los
recuerdos de quienes trabajaron para proyectar aquel pueblito lleno
de chimeneas de fundiciones de hace 100 años a la increíble,
fantástica y maravillosa ciudad que es hoy con su gran potencial
económico, financiero e industrial.
Al cambio de aquel pueblito a esta ciudad lo produjeron grandes
hombres y mujeres. Podríamos dar cientos y miles de nombres pero
no lo hacemos porque nos olvidaríamos de muchos, por eso vamos
a nombrar solamente a los más grandes, importantes, relevantes y
representativos como Rulo Torresi, Bocha Mansilla, Kiko Barcheña,
Bollati padre e hijo, Ángel Marconato y muchos más que Las
Parejas, una ciudad agradecida, conserva en sus corazones.
Hoy vamos a hablar de un caso que pudimos vivir de manera y
forma distinta y diferente. Hoy vamos a hablar de Kiko Barcheña.
Conocimos a Kiko Barcheña y a su familia cuando el Bocha
Mansilla que recién nos conocía nos llevó a la inauguración de la
fábrica de cadenas a rodillos que inauguraba Kadae, llenando una
necesidad de la industria nacional que hasta ese momento era un
producto que debía importarse.
La fábrica se agregaba a las otras fábricas que ya estaban
funcionando y que producían piezas esenciales para todo tipo de
maquinas y se había constituido en un suceso industrial, tanto como
su equipo que procesaba todo tipo de plástico y lo convertía en
postes y/o placas para viviendas. En fin, Kadae de Kiko Barcheña y
su familia respaldándolo siempre era una empresa exitosa y productiva y Kiko un gran hombre muy capaz en todo lo que hiciera.
Tenía un hobby: comprar y restaurar viejos coches, desde un Ford
T hasta una Coupe que algunos decían que fue la que llevo a Perón
y a Evita en su última salida pública ante el pueblo.
Kiko lo hacía todo con pasión y todo el mundo lo quería. Su familia
cuando cumplió 60 años nos hizo editar una edición especial de 500
ejemplares para distribuir en la fiesta que le organizo la familia en el
restaurante de las nuevas instalaciones de Sportivo de Las Parejas.
Nos emocionaron sus lágrimas como también la emoción de sus
grandes amigos como el Bocha Mansilla, Haroldo Scarpeccio y
muchos viejos industriales compañeros de grandes batallas por
hacer a Las Parejas la gran ciudad que hoy es. Fue todo muy
emotivo porque en la mitad de la cena apareció un tipo disfrazado
de canillita y le regaló a cada invitado un diario Estrella con la tapa
en la que decía: “Hoy cumple 60 años Kiko Barcheña”. Y las 8
páginas, inclusive Cacho Dinamita, estaban dedicadas
exclusivamente al cumpleaños de Kiko. Fue una noche inolvidable.
Pero hay cosas que nosotros tenemos que decir de Kiko para que
usted, querido lector no piense que esto es un aviso publicitario. Un
amigo rosarino, Guillermo Frutos, le pidió al autor de esta nota que
le ofreciera cien mil dólares por un Ford T que Kiko había comprado
y reparado y nosotros creíamos que le hacíamos un favor a Kiko
con semejante oferta, él nos miró y tan solo nos dijo esto:
- ¿Vos venderías a un hijo en cien mil dólares?
Así era nuestro gran amigo, Kiko Barcheña.
Pero no todo termina acá.
Sus fabricas siguieron funcionando muy bien pero pasados unos
años, fuimos a saludarlo y en la fábrica nadie sabía de él, nos costó
encontrarlo en un patio trasero de su fábrica muy deprimido y
llorando diciéndonos que a esta altura de su vida estaba adecuando
un galpón al lado de su casa para empezar de cero y seguir
trabajando.

No quisimos preguntar más y Kiko se nos murió al poco tiempo de
esa última visita, dejándonos una emoción y un sentimiento que
creo que supimos refrescar en las páginas de Estrella.
Probablemente, él como buen amante de los autos que era,
también en su vida había cruzado la bandera a cuadros del final.


EL DIRECTOR.