sábado, 11 de diciembre de 2021

ATILA JARTTI, TUTTI FRUTTI.

Hubo en Cañada de Gómez una fábrica de muebles donde hoy está la fábrica de helados más ricos de toda la zona y la región, los helados Garello. Era la fábrica de sillas de Luis Viscovich a quién Estrella le hacía todos los folletos de sus productos. Luis Viscovich padre y Luis Viscovich hijo eran muy diferentes. El hijo que aún vive en Carlos Paz, le gustaba mucho la informática y la computación. Y el padre instaló la primera fábrica automática de sillas en Cañada de Gómez. De un lado entraba una tabla y del otro lado salía una silla. Y sillas que todavía hoy (y nos consta porque tenemos de esas), están en excelente estado. Pese a todos los años que pasaron, recordamos un hecho gracioso y divertido: Luis Viscovich padre tenía un genio muy fuerte y tenía un excelente capataz. Un día estando yo presente, Viscovich dijo: - Con tantos robos que están produciéndose en cualquier momento se me meten en la fábrica. - Necesito tener un perro suelto adentro porque cuando los ladrones sienten ladridos, se van. El capataz lo oía con atención. Viscovich siguió: - Necesito que vos (dirigiéndose al capataz) me consigas un perro chiquito porque simplemente cuando los ladrones sienten el ladrido de un perro, rajan. No piensan si es grande o si es chico y si es un perro grande come mucho y la comida, cuesta. Viscovich hacía gala del espíritu ahorrativo que generalmente tienen los judíos. El capataz un poco cansado del mal trato de su jefe le prometió que le iba a traer un perro chiquito de un vecino que tenía una perra que había tenido crías. - ¡Pero acordate que sea chiquito! Le dijo Viscovich a su capataz. Un par de días después aparece el capataz con una caja de zapatos con un pequeño perrito adentro. Viscovich se lo agradeció y todo quedó ahí. El pequeño perrito a los tres días ya sacaba sus patas afuera de la caja de zapatos y crecía cada vez más en poco tiempo ya que en venganza por el maltrato recibido, el capataz le trajo una cría de gran danés que crecía día a día y comía cada vez más. El capataz se tenía que esconder para que Viscovich no lo viera reírse por su venganza por el maltrato recibido. Ese perro luego tuvo crías con otra perra gran danés y Luis Viscovich hijo que aún vive en Carlos Paz, tiene cuatro o cinco gran danés que parecen caballos y que son la consecuencia de una simpática, graciosa y divertida venganza del capataz de aquella vieja y memorable fabrica automática de sillas de Luis Viscovich. Seguramente mantener a esos perros a los Viscovich les debe costar una fortuna… … Uno de los conjuntos que Ronda Musical trajo a la zona y a la región con mayor honor y orgullo fue, Arcoíris. Uno de los miembros e integrantes era nada más y nada menos que Gustavo Santaolalla acompañado por Ara Tokatlian, entre otros. El grupo tenía una doctrina y una sacerdotisa llamada, Dana. Que les prohibía comer carne, tomar vino, fumar, tener relaciones sexuales, etcétera. Era tal el dominio de Dana que por muchos años Arcoiris se mantuvo fiel a sus órdenes hasta que, se comenta, llegó el día en que explotó todo y se fue todo al carajo. Arcoíris nos dio alegría, felicidad y muchas satisfacciones en Ronda Musical y recordamos un hecho simplemente anecdótico de un domingo en que ubicamos a Arcoiris en una confitería bailable de Serodino. Eran tantos y tan grandes los equipos de Arcoíris que Ronda Musical tenía que usar 6 plomos como mínimo para mover semejante equipamiento. Llegamos a la tarde siendo aún de día a Serodino, entramos los equipos con mucho trabajo y esfuerzo porque la confitería no era muy grande y los muchachos se preocuparon de revisar que todos los equipos funcionaran bien y que todo estuviese bien conectado. Ara Tokatlian, tenía dos roperos de bafles que largaban un sonido espectacular. Una vez todo armado, la banda quiso hacer parte de alguna canción para ver que todo anduviera bien y Tokatlian cuando probó su primera nota explotaron las copas y los vidrios de dos vitrinas que había instaladas dentro del boliche quedando un montón de copas y de vidrios hechos trizas por todos lados. No sabíamos como disculparnos con los dueños del boliche pero como nosotros nos fuimos temprano, nos enteramos después que de alguna u otra forma ellos pudieron hacer el show, habrán conseguido otras copas, habrán recogido los vidrios del suelo y el show de Arcoíris se llevó acabo. De Arcoíris hay muchas anécdotas para esta sección pero las vamos a ir desglosando y desmenuzando con el tiempo. Solo sabemos que fueron maravillosos y fantásticos ellos y sus shows de hace más de 50 años. Y que nos quedó en el corazón el cariño, el respeto y la admiración por Gustavo y Ara como una de las grandes cosas que Ronda Musical nos dejó en nuestros corazones. Otro día les contaré como se tuvo que arreglar mi madre para rehacer el almuerzo con que Ronda Musical agasajó a estas grandes estrellas de la música argentina. Gustavo Santaolalla es una estrella y una figura mundial habiendo obtenido nada menos que en Estados Unidos 2 Oscar por la música que preparó para dos películas.