viernes, 17 de febrero de 2017

70 AÑOS DE POLÍTICAS EQUIVOCADAS

Por: Fernando Pandolfi

GENERALIDADES
(Nota 2)

Napoleón III instala en Francia un Estado autoritario, criticando las limitaciones que le causa el Parlamento. El se llama a si mismo el hombre del «destino». Sin recordar que promovió la guerra franco-prusiana en que murieron miles de jóvenes soldados franceses y que tuvo que abdicar por su exaltada ambición. Estas reflexiones nos llevan a deducir que el Estado es el mal de la humanidad ejercido por líderes providenciales y desenfrenados frente a un pueblo sorprendido, así el habitante padezca y se decepcione y llegue a la conclusión que el Estado es el ente usurpador de los derechos de la gente. Pero si se parte de la naturaleza que el hombre tiene que procurarse el alimento, educar a su prole y cobijarse, el Estado debe subsistir aunque la comunidad teme porque el Estado mata en nombre del rey, de la democracia, de la justicia y de la religión. Conceptos sostenidos por Arturo Schopenhauer. La sociedad no ignora la inflación que provoca el Estado en la economía, la inmoralidad de la justicia y el riesgo de decir la verdad. Los representantes del poder trasmiten palabras sin contenido a través de una machacona propaganda de embustes. La democracia no es solo votar en las elecciones tiene otra patética acepción, es un estilo de vida que ignoramos. Hemos dejado pasar el tiempo de los derechos universales del hombre. Es hora de defender la ley del equilibrio sin vergüenza ni cavilaciones. La ley que nos dará paz y seguridad, tenemos que combatir el engaño de los políticos ambiciosos, Nadie analiza y profundiza la realidad que emerge de la mentira de los que mandan. Eso es violencia que nos puede arrastrar como deshecho al tacho de basura. Los gobiernos pueden ser insensibles y estar ausentes pero con ciudadanos que aparecen confundidos e indignados. No obstante cada habitante se juega resuelto de mantener su dinámica por la necesidad de vivir. El Estado solo estableció normas impositivas para vaciar al empresario emprendedor. Las pautas del bien común la aplicaron falsos pregoneros, que prometieron un futuro que apenas quedó esbozado por reglas que ni fueron previsoras ni protectoras. Siempre la población de obreros, campesinos, artesanos o intelectuales fue goleada y despreciada por el Estado.