viernes, 3 de febrero de 2017

INTRODUCCIÓN

SETENTA AÑOS DE POLITICAS EQUIVOCADAS

Fernando U. Pandolfi 

Las políticas equivocadas ha detenido el progreso del país. Sus líderes gastaron los recursos de la nación para crear una dinámica de consumo sin riqueza. No atesoraron las posibilidades para una inversión de desarrollo. Además dividieron a la sociedad entre ricos y pobres, señalando a los ricos como culpables y pretendiendo enaltecer a los pobres dándoles un bienestar sin esfuerzo.
En la antigüedad la comunidad fue anárquica y belicista. Como consecuencia nació el Estado, una organización burocrática y parasitaria para ordenar y proteger la vida del hombre. El Estado carece de patrimonio, subsiste por los aportes de la fuerza del trabajo. Es dirigido por seres providenciales que se arrogan el derecho de ser los dueños del ente público con un autoritarismo manifiesto. Esta imposición siempre es ejercida por un líder carismático que es el responsable del manejo de la economía. Sin embargo es la economía del mercado la que crea los recursos para repartir. Los carenciados son muchos y la ayuda que propone el Estado no alcanza. Hay que entender que en una política de bienestar es intensa y constante y la tienen que emprender el pueblo laborioso.
El derecho natural de la filosofia griega anuncia que el hombre nació libre para ganarse el sustento sin que nadie se lo impida. No obstante los pobres son acosados por la ambición de las elites. Los gobiernos demagogo los toman como rehenes para su provecho. El pobre siendo protagonista de la historia cae en el intrincado meollo de la política, no obstante soporta su destino con esperanza. Un país debe conducirse con prudencia para que el habitante no sea agredido por los poderosos. Las sociedades modernas están desquiciadas por un criterio populista de dádivas e ignorando la responsabilidad del hombre trabajador. ¿Cuándo un país es civilizado? Cuando en su territorio no haya pobres mantenidos. Cuando cada uno de nosotros entienda y luche por su economía y bienestar. Cuando no haya enfermos de patologías curables. Pero el tema que más nos debe preocupar es el poder de los inescrupulosos. El poder de las elites y el poder perverso de las mentiras. El ciudadano pobre siempre sufrirá en el silencio pero él es el poder emitiendo el voto en las naciones democráticas. Menos votando a un gobierno demagogo.