viernes, 3 de febrero de 2017

LA JUSTICIA LA LEY Y LA DROGA


Antenoche por televisión un grupo importante de gente importante, perdón la redundancia, repetía casi como con un papel carbónico las palabras que la gente ya leyó un montón de veces  en este modesto diarito de Cañada de Gómez. Se lo vamos a repetir porque es importante que la gente no crea que las verdades que pueda decir un diario pequeño del interior no merezcan ser analizadas, porque son más puras esas opiniones a las tirantes y comprometidas versiones del periodismo dependiente de los grandes capitales.
Nosotros siempre dijimos que hay dos policías la buena policía y la mala policía. Así como también el buen periodismo y el periodismo sobornado.
Cuando leemos que en Buenos Aires se hacen esas fiestas electrónicas que todo el mundo sabe   que es donde más circula la droga más pesada y mas amparada por las autoridades. Usted no pensó como pensamos nosotros a donde van las toneladas de cocaína, marihuana, jachis y todos esos venenos que se venden a manos llenas y los jóvenes los compran como si fueran caramelos que se recuperan en los allanamientos, en los vehículos que los transportan y la policía buena los descubre y en muchos otros lugares que todo el mundo sabe  que se vende droga mientras la policía da zona liberada o mira para otro lado. Estamos hablando de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires que es donde se inventan todos los pecados que cometen hoy los seres humanos.
Zafaroni dijo por televisión algo que nos sorprendió en boca de un juez anteanoche en un programa muy serio, polémico y con mucha gente importante: “los policías están cansados de detener a un ladrón ya sea de una cartera o de un celular, a veces jugándose la vida, y un fiscal lo suelta en pocas horas”. Nosotros pensamos lo que debe sentir un servidor de la ley como un buen policía cuando un fiscal suelta a un preso agarrado con las manos en la maza, robando, golpeando, haciendo cualquier calamidad lo que demuestra que esos seres no tienen otro lugar para vivir que entre rejas.
El Congreso de la Nación tiene mucho que ver. No hay un proyecto de una gran cárcel con dos o tres fabrica donde los presos puedan pasar el rato de sus detenciones fabricando bancos para una escuela, mesas, sillas, artefactos eléctricos, cien cosas más. El preso  lo que odia es la inactividad de la prisión.
Nadie que no haya estado preso nos va a entender. Pero un preso cuando lo dejan salir de su celda para que barra un patio de 60mts por 10mts, recoja la basura y sirva por las ventanillas de las demás celdas las comida a sus compañeros de prisión siente una alegría especial dentro de su condición de preso, muy parecida a la que podría recibir si el jefe del penal lo llama y le dice “con todo” el famoso dicho que todos los presos esperan a veces años pero en Argentina a veces solo horas.
El ser humano que en lugar de robar, pegar, matar en lo que ellos ven una buena acción porque lo hacen para alimentar a su familia pobre (eso creen ellos aclaremos) y seguirán robando porque sus familia necesita comer y ellos no están en este momento en condiciones de pedir trabajo en ningún lado por los frondosos prontuarios que tienen y las fabricas o comercios generalmente tienen muy en cuenta antes de tomar un empleado nuevo.
La habilidad que tienen algunos presos para hacer esculturas, para trabajar con maderas, o con yeso. Son geniales pero nadie piensa en ellos como seres humanos, lo ven como un peligro en la sociedad, irrecuperable y peligroso.  
Hay tantas secretarías que bien podría Macri crear una que le pregunte a los fiscales porque sueltan tan rápido a los delincuentes, porque dejan sueltos a quienes se han demostrado que han robado al país, y hasta a muchos que le han desfigurando la cara a su esposa a trompadas o cosas así.
Este diario dice que el grano de pus de esta hermosa Argentina está en la justicia.
Nuestra pregunta sigue siendo la misma ¿Dónde se destruyen las drogas que se incautan? Antes solíamos ver en la televisión cuando las autoridades las quemaban en público hoy nadie explica donde va tanta porquería que mata y destruye el futuro del país.

EL DIRECTOR.