Luego
del discurso del 1º de marzo en el congreso de la nación, el presidente Macri
creó más dudas que certezas. San Luis y Santa Fe parecen las provincias mejor
organizadas que hay en el país en estos momentos. Pese a que como todos saben
el área Industrial de todo el país sufre una alerta amarilla y no deja dormir
tranquila a la gente que tiene empresas, que tiene compromisos tomados, que
tiene el fantasma de la importación que este gobierno está tratando con poco
sentido argentino. Hasta zanahorias está importando hoy el granero del mundo
como siempre se le llamó a la Argentina.
Francisco
recibió una vez más a Mauricio Macri y
fue exageradamente protocolar. No hubo sonrisas y la entrevista se terminó
demasiado rápido. Y no hablamos de un
diario argentino, de un gran político argentino, de los gremios argentinos, de
los docentes argentinos, sino que estamos hablando nada más y nada menos del
Papa argentino que nos honra en el mundo.
También
Donald Trump tuvo que hacer una marcha atrás y ahora parece aliarse a Rusia en
los aspectos más importantes de la supervivencia humana.
Creemos
sinceramente que Macri no es claro en sus intenciones presidenciales. Que la
oligarquía que defiende no lo va a defender a él cuando la bomba explote. Y un
pueblo pobre y con hambre, y niños sin escuela, y fabricas cerradas, y millones
de desocupados, acaso, ¿no son una bomba? Quisiéramos creer como argentinos que
estamos equivocados: que no se van reducir las jubilaciones, que se van a
regular las importaciones mejor, que la súper cosecha que hay en los campos
argentinos van a impedir el aumento de los artículos en vez de propiciarlos
porque todos esos aspectos son los detonantes de la bomba.
Fíjese
por ejemplo querido lector están diciendo la gente del campo que la cosecha del
trigo es record este año, y por otro canal del mismo televisor hablan de que el
precio del pan salte de $20 a $50.
Creemos
que mucha gente está en condiciones de explicarnos todo esto que nosotros no
podemos explicarnos en estas mismas páginas que ofrecemos gratuitamente a todas
las verdades que pueden calmar a un pueblo demasiado ansioso, demasiado
preocupado y ya demasiado cargado de pobres, de violencia, de justicia injusta
y de todas las cosas que usted ve todos los días en los diarios y en la televisión.
El
peronismo está enojado y en San Luis por ejemplo tienen razón. Si se maneja una provincia como San Luis,
como la manejan desde hace años los Rodríguez Saa y todavía el gobierno central
le debe más dinero aun. ¿ Porque no pensar que la misma política de San Luis se
puede aplicar en todo el país? La política, de una buena vez, sea del partido
que fuese, debe pensar en los argentinos y no en los espúreos intereses
partidiarios, que no van a jerarquizar al país ni a sus habitantes ante el
mundo.
EL DIRECTOR.