sábado, 1 de abril de 2017

70 AÑOS DE POLÍTICAS EQUIVOCADAS Fernando U. Pandolfi.

LA PARTICIPACIÓN POPULAR.
(Nota 8) 

Aprobada la Constitución Nacional de 1853 quedó acordada para  los caudillos la autonomía de las provincias en la ley de la República. Fue el fin de la anarquía y de los pactos preexistentes. Pero la pobreza del interior obligó a los gobiernos provinciales a incluir su economía en el contexto general de país. Había que concebir una labor de progreso en el conjunto nacional así fuera con, resultados paupérrimos. No quedando otro camino que mantener activas a las fuerzas populares para alcanzar su subsistencia. Sarmiento cuenta que en su mocedad, en su San Juan querido, había un caudillo federal manso pero custodio todavía del resabio colonial español que después de tantos años pasados de la independencia tenía a la región paralizada rezando a Díos y envuelta a su gente en la pobreza y la quietud religiosa. Él como autodidacta y lector de los clásicos estaba poseído de un fervor patriótico de lograr una comunidad fuerte, educada, trabajadora y liberal inclinada al adelanto. Sin embargo es necesario destacar el auge del caudillismo como fenómeno social trascendente. Después del Congreso de Tucumán el gobierno del Director Supremo, surgido de su seno, careció de un poder convocante para ejercer un orden institucional en el interior. En cada región se mantuvieron las milicias y la peonada armada para luchar contra el indio y las montoneras. En esos lugares se definía la política del caudillo como una democracia bárbara autoritaria. La pobreza siempre se utilizó para la guerra y para servir al caudillo. El populismo federal reclutó al excluido como parte de un movimiento de esperanza. El paisano debían combatir por el sustento, nada de trabajos individuales tenían que pertenecer al contingente del caudillo. Juan Manuel de Rosas como agitador de las comunidades olvidadas era idolatrado por las masas populares de Buenos Aires pero recurría al fustazo cuando no se exhibía la divisa punzó. ¡Viva la Santa Federación! Los unitarios eran la gente rica y culta partidaria del extranjero. No obstante Rosas, pertenecía al encono contra el Río de la Plata que se daba en los territorios más pobres de las provincias. Todo el interior estaba enfrentado con la sociedad de hacendados adinerados del Puerto dados a las importaciones inglesas. Con utensilios de porcelana y cuchillos de mesa de punta redonda.