viernes, 23 de junio de 2017

LA BANDERA CASI A MEDIA ASTA

Quienes alguna vez juramos la bandera el último acto en el gran monumento que le hicimos con orgullo y honor a orillas del Paraná a la gloriosa celeste y blanca pareció una cosa de doscientos años atrás. O tal vez menos, llegándonos hasta a Alfonsín que en ese mismo lugar mostró mucho antes de serlo que él iba a ser el primer presidente del retorno la constitucionalidad.
La bandera más larga del mundo, las inolvidables fiestas de la bandera con desfiles de pibes sacando pecho orgullosos del uniforme que vestían y de la enseña que estaban homenajeando parecen cosas de otro país o de otro siglo.
La frialdad con que el pueblo «festejó» el día de la bandera nos dolió a todos. Todo indica que Macri sabe que más allá de sus discursos no ha logrado todavía doblarle la mano al pueblo. Quizás no sea él el culpable sino muchos de los oligarcas y traidores de la patria que siguen mezclados pese a los cambios de gobierno en las altas esferas.
Vinieron 300 soldados veteranos de Malvinas con honor y orgullo a rendirle honor a nuestra querida enseña celeste y blanca. Soldados que estuvieron al borde de la muerte en Malvinas pero las fuerzas de «seguridad» por quien protesta solo dejaron entrar a veinte para acercarse al palco donde el Presidente de la Nación decía su discurso. Un discurso anodino, repetitivo que no insistió esta vez en la necesidad de la unión de todos los argentinos para que la Argentina vuelva a ser lo que era. Esos veinte soldados veteranos que se jugaron la vida en Malvinas en 1983, representando a los trescientos que habían llegado a rendirle honor a la bandera tuvieron que presentar sus documentos, sino no los dejaban acercarse al palco. Uno de ellos dijo «a la prensa a nosotros veinte nos dejaron pasar porque presentamos nuestro documento, pero para mandarnos a Malvinas nadie nos pidió documento alguno». Las lágrimas de ese veterano quedaron reflejadas seguramente en varias cámaras que grabaron el acto.
De todo el discurso de nuestro presidente a quien nos esforzamos por seguir respetando, solo compartimos plenamente sus últimas tres palabras.
«VIVA LA PATRIA»
EL DIRECTOR