No podríamos dar una opinión coherente el publicitadísimo casamiento del mejor jugador del mundo, Lionel Messi, en el hotel del City Center en Rosario. Sin duda la promoción más importante de los últimos tiempos en lo social y deportivo.
Muchos felicitan a Messi por haber invitado y trasladado hasta Rosario a sus compañeros del Barcelona y de la Selección Nacional de futbol, que junto con su familia y amigos llenaron varias pantallas de televisión durante varias horas el viernes.
Se hizo el casamiento por civil solamente, porque una autoridad eclesiástica de Rosario no acepto participar en el otorgamiento de un sacramento que, entendieron, no respondía a la seriedad ni a los cánones de la iglesia católica.
Hubo cientos de opiniones diferentes y lo curioso es que ninguna de ellas estuvo totalmente acertada ni totalmente equivocada.
A lo lejos nos agrada el espíritu de Messi de fidelidad a su Rosario querido.
Copo la atención de toda la prensa Argentina y extranjera el casamiento espectacular de Lionel Messi con su primera noviecita Antonela con quien ya tuvo dos hijos en el city center de rosario.
Quien conocer algo de espectáculos sabe que organizar algo de eventos no puede estar en manos de los padres de Messi ni de Messi sino que obedece a una serie de intereses económicos como un medio de financiamientos. Semejante congregación de estrellas y una organización tan perfecta seguramente debe haber sido torcida por el City Center que tiene una gran infraestructura como para manejar semejante «espectáculo». A tal punto que la iglesia católica se negó a oficiar la ceremonia religiosa como centro de una organización muy buena pero que nada tiene que ver con el casamiento eclesiástico de una linda pareja rosarina. Solo se realizo el casamiento por civil y se prevé el casamiento religioso en otro lugar.