La cancelación de la entrada
de Julio De Vido al Congreso de la Nación y su ingreso a la cárcel era algo que
nosotros los argentinos creíamos que jamás podía llegar a ocurrir, ante la
débil, tambaleante y errática justicia de los últimos años. Esa justicia que
mantiene permanentemente en movimiento la puerta giratoria para los grandes,
pequeños y medianos delincuentes, muchas veces detenidos por policías o
gendarmes que se han jugado la vida para hacerlo. Nadie puede creerle a la
viuda Kirchner que desconociera después de 12 años ininterrumpidos de De Vido
en un puesto de gobierno que más dinero manejo en esos 3 periodos
presidenciales pudiera desconocer las maniobras, los delitos, las aberraciones
de la justicia, que pasaron en la Argentina en esos 12 años.
Tampoco podemos dejar de
reconocer el aporte de Cristina de Kirchner a grandes obras de las que sin ir
más lejos podemos hoy gozar en esta región ni otros beneficios recibidos por
empresas, jubilados, y otras cosas que tampoco se le pueden negar a la viuda de
Kirchner.
Tampoco debemos olvidar que
tanto Macri como su padre tienen causa con la justicia, y todo eso debe
desaparecer. Como que Menem hace un montón de tiempo sigue escondido detrás de
su banca de senador para no ir a la cárcel.
Nos parece bien: ¡Cambiemos!
Y así si lograremos el país que pregona nuestro presidente en sus brillantes
discursos.
Director fundador.