Si hay algo que no nos gusta es la política. No en si la política propiamente dicha sino el uso que se hace de la política. Nos cansamos de escuchar a Macri y los suyos contra los feriados largos despotricar en la época de Cristina. Queríamos creer que el cambio de gobierno iba a significar algo más que hacerle devolver la plata a De Vido, a los López y compañías ilimitadas, pero apenas año y medio después ya tenemos otra vez los feriados largos y otras pavadas y actos de corrupción parecido a las dos décadas y media perdidas últimamente de nuestra historia.
Los feriados largos, no van a
ayudar ni a los desocupados ni a los que tienen trabajos y menos aun a los que
aparte de tener trabajos tienen horas extras para sumar en sus haberes. Nos
gusta el nombre “cambiemos”. Solo que hay que expresar que carajo estamos
cambiando aparte de las saludables puestas entre rejas de los que le robaron al
país, a los trabajadores y a las arcas de nuestros bancos Nacionales.
Vamos a colaborar con el
Gobierno Nacional de turno con dos o tres feriados largos nuevos que pueden
inventar si necesitan más puentes para nuestro repudio: el día de la portera,
el día del aguatero, el día del moco, el día del estornudo o el día de zapato
roto.
Muchachos. Somos gente
demasiado grande para seguir comiendo pescado podrido en un país que tiene
tanto mar para pescar.
El Director.