Había un petiso medio pelado en
el barrio de Caballito, que se iba todos los días al centro en subte, se pasaba horas y horas yendo a los teatros
donde ensayaban las grandes obras de que se exhibían de Viernes a Domingos en
los mejores escenarios. El petiso Gabriel quería ser actor de teatro, pero no
le daba ni la estatura, ni el carisma, ni la voz, para encajar como extra en
alguna obra.
Sin embargo, Gabriel iba e iba
todos los días, hablaba con el Director con
los dueños del teatro, con los
actores, pidiéndole un puesto de extra, o cualquier otra cosa, porque él quería
ser actor. La gente lo escuchaba pero ni su presencia ni su voz encajaban en ningún
puesto. Sin embargo, el petiso seguía
insistiendo y seguía insistiendo. De los teatros de Buenos Aires se había hecho
amigo de los porteros, de los acomodadores, a tal punto que todos se hicieron
amigos, porque era una buena persona, con la ambición de llegar a actor de
teatro.
Pasaron muchos meses hasta que un
director le tuvo lastima. Le dijo:
-
Espérame
un ratito muchacho, a lo mejor te puedo
dar algo. Gabriel pareció tocar el cielo con las manos.
Lo esperó con una agitación y una emoción
que lo tenían tembloroso, feliz.
Terminó el ensayo
y el director salió al hall a hablar con Gabriel, que con sus ojos abiertos
desmesuradamente le pregunta:
-
¿Es cierto señor, que voy a trabajar en su obra?
El director le
responde:
-
Hay que empezar de abajo, pibe, el papel es
cortito, pero vos vas a hacer el ultimo actor que va a quedar en el escenario
frente al público, cuando termine la obra.
-
Vení mañana que te doy el libreto.
De más está
decir que el petiso, el dia siguiente, estuvo una hora antes del ensayo, para
hablar con el director.
Antes de empezar el ensayo, el director le dice al
petiso, haciéndolo pasar a su camarín:
-
Mira muchacho, tenes que hacerlo con pasión, vos
sos el ultimo actor que entre a escena cuando el Rey le corta la cabeza a la
Reina. Ahí entras vos y dramáticamente, , le gritas al Rey: ¡¡ Qué motivos tuvo¡!!? Es lo único que
tenes que decir, o sea que si bien tu papel es corto, sos el único que va a
estar en la escena cuando el público arranque con los aplausos. Estúdialo, practícalo,
porque vos vas a ser el que más aplausos va a recibir.
Le dio un papel
el Director, y el petiso se fue como si se hubiese ganado la grande. Llegó a su
casa agitado, fue al dormitorio de sus padres, que tenían un ropero grande con
un espejo para cuerpo entero. Se puso delante del espejo y empezó a ensayar,
primero agarrándose la cabeza-
¿Qué motivos tuvo??
Probo otra pose
con su rodilla izquierda se arrodillo en
el suelo levantando el brazo derecho y dijo: ¿
Qué motivos tuvo?.
Durante toda la
noche ya que sus padres habían ido a jugar
a la quiniela de unos vecinos, frente el al espejo Gabriel seguía insistiendo a veces con las
dos piernas abiertas y ensayaba con
distintas voces más finas, más gruesas ¿Qué
motivos tuvo??? Así paso dos días el
petiso, no veía la hora en que llegara el viernes en el que se inauguraba la
obra en el teatro Lola Membrives.
Por supuesto el
petiso Gabriel una hora ya estaba en el camarín que le habían otorgado porque
no quería fallar, también en el camarín tenía un gran espejo donde aprovecho la hora que le
faltaba para analizar cuál de las expresiones que el había ensayado le parecían
mas dramáticas para su actuación.-
¿Qué motivos tuvo? Y seguía repitiendo
la única letra que tenia con distintos tonos de voz.
Cuando el
director empezó la obra llego y le dio un abrazo al petiso y le dijo: no me
falles muchacho.
El petiso siguió
ensayando mientras duro toda la hora frente al espejo ¿Qué motivos tuvo?? ¿Qué motivos tuvo?? El corazón le latió
fuerte cuando sintió que le golpearon la puerta del camarín y uno de los
asistentes le grita:
-¡¡Tú turno Gabriel!!
Salió ya con su
vestimenta multicolor anchos pantalones violetas y una camisa suelta amarilla,
con pinzas en los costados fue corriendo y se ubicó detrás de la bambalina
esperando su turno, el teatro estaba de lleno
y el petiso esperaba la orden, cuando por ahí el ve que el rey en la
obra le grita con una espada en la mano:
-Muere reina
indigna!!
Y ahí es
cuando el director le da la orden al petiso: ahora Gabriel!
Con la reina caída
y el rey levantando la espada, el petiso da un saltó y entra al escenario y
levantando una rodilla y los brazos dirigiéndose al rey le grita con vos profunda:
-
Que tubo tengo metido !!!.
mientras el director se desmayaba la gente se reía.
(Telón rápido)