viernes, 6 de julio de 2018

LOS ARGENTINOS Y LA SUERTE




Si alguien por ahí dice que los argentinos no tenemos suerte, es porque no analiza la realidad verdadera que algunos hombres grandes valoramos, y no por sabio sino por viejos. Somos los viejos vizcachas que nos enojamos cuando ya la vida nos erosionó las partes imperfectas de nuestra mente, anulándonos la egolatría, egoísmo, la maldad la falta de comprensión y no permitió florecer el amor entre las mejores cosas que tenga en la cabeza.
Anteayer los argentinos nos sentíamos felices igual si ganaba Colombia, pero ganó Inglaterra, la derrota del futbol mundial de Argentina ha hecho caer como una manta sobre todos nosotros que nos tapa la luz del sol, aunque el sol este radiante y no nos deja ver el camino aunque haya diez o quince para elegir.
Es increíble la suerte que tenemos los argentinos y la estupidez de no reconocerlo. Si a un Peronista le decimos que Argentina tiene suerte, capaz que nos pega, porque compara lo que es tener suerte a estar en garra de un oligarca que no tiene ni el mínimo sabor, ni color, ni olor a argentino.
Pero Argentina tuvo hace años un Belgrano, un San Martín, un Sarmiento, un Irigoyen, un Perón, una Evita, Un Illía, un Alfonsín, un Lanucce, y ahí tenemos que parar porque si seguimos nombrando gente  arrancamos con las polémicas, que nosotros tratamos siempre de esquivar. Los cuadros se ven mucho mejor a la distancia. Como pintor siempre preferiremos si una obra nuestra se mide de lejos porque cuando uno más se acerca a una obra es donde aparecen las imperfecciones, y los errores que de lejos no se ven.
Fuimos en su momento felices, en nuestra historia pero nunca supimos agradecerle con hechos a Dios toda esa suerte, que nos dio, en todo: En mar, en ríos, en montañas, en hermosos paisajes, muchas de ellas consideradas maravillas del mundo, en lo favarolo, en lo frangió, en lo reuteman, y ahí iríamos lejos al hoy, y no se reflejaría la intención que tiene esta nota que lo que menos pretende es polemizar. Queremos que la gente sepa que si hay culpables, que hoy cierta gente pobre tenga que buscar alimentos en los tachos de la basura, no es por falta de suerte de los argentinos, y eso entra justamente en la trampa que caemos los argentinos, por ser demasiados buenos. Por creer en los mentirosos, por no aplicar la conducta del sabio, sino la del enamorado. El enamorado, ama, y no sabe por qué, así como hay otros seres una minoría absoluta, que odian y no saben por qué, de la misma forma.
No sé por qué no sabemos por qué, algo nos dice que un presente tan terrorífico en la política Nacional va a tener que producir un estallido social, que nadie quiere, que todos tenemos que tratar de evitar, pero principalmente los que manejan las  palancas que nos llevan al futuro y que tienen que ser eficientes, pensando en lo que siempre decimos: Si reventamos el mundo, nos morimos todos. Y eso sería lo peor que nos podría llegar a pasar si los argentinos no le ponemos freno a tanto desgobierno, a tanta maldad, a tanta imprudencia que hoy se ha incrustado en algunos puestos del poder. ¿Habrá que esperar que nazca o se proyecte en nuestra historia una figura carismática, seria, y fuerte para que impida que esto siga para adelante y que todos los buenos argentinos le permitan gobernar el mejor país del mundo?
Si alguna vez se llamo Peron, o San Martín, o Evita, o Alfonsín en nuestro nuevo comandante se llame Napoleón, Nerón, aunque en el fondo eso solo va a depender de Jesús. Porque todo lo demás que se pruebe para cambiar esto choca con la violencia.
Que desorientación que tenemos los argentinos hoy ¿verdad?
                                                                                            EL DIRECTOR.