Estalló una bomba en todos los medios periodísticos una
estadística realizada por el gobierno nacional sobre la inseguridad, la
justicia lenta que llegaron a la conclusión en un país como Argentina donde
hace 35 años como mínimo se desató una ola de corrupción, delitos y
enriquecimientos ilícitos que motivaron no menos de 100 editoriales de estrella
de la mañana sobre la liviandad, la falta de acción y el encajonamiento de
causas con millonarias estafas al país: SE INFORMA QUE LOS ACTOS DE CORRUPCIÓN SE ENCAJONAN, NO SE ACTIVAN Y
SOLO EXISTE EL 2% DE CONDENAS. Esto no lo inventamos en Estrella. Esto lo deducimos de la información
diaria de todos los medios.
Tal vez deberíamos arrancar en Juan Duarte en el primer
gobierno de Perón, luego, hechos comprobados de la venta millonaria de pollos
Mazzorin en la época de Duhalde, no existen, y eso también lo puntualizamos,
hechos de corrupción a cargo de las fuerzas armadas, pero llegó Menem y se
pudrió todo. Vendió las “joyas de la abuela”: YPF, el Chocón, Aerolíneas
Argentinas, vendió todo lo que pudo y con seguridad fueron más de 40 ladrones
los que se favorecieron con este cambio de ritmo de la justicia nacional. A tal
punto llega la insensatez de la Constitución Nacional que le permiten a un ex
presidente condenado por graves delitos contra la economía nacional, Carlos
Saúl Menem, que condenado por una importantísima venta de armas y la desaparición
de lo que el país cobró por eso e incluso involucrado en el atentado de Río
Tercero que dejó víctimas para disimular la venta de armas por el solo hecho de
ser senador no puede ser encarcelado. Otro gravísimo error de la ley argentina
y de todos los diputados y senadores que están en el Congreso de la Nación de
no eliminar que los fueros de un diputado o un senador le permitan robar,
matar, vender la patria como a cualquier delito y que la justicia no pueda
tocarlo porque sea alguien importante, cuando en realidad el hecho de cometer
un delito contra el país siendo diputado o senador tendría que computarse por
dos o por tres en vez de servir de muralla contra la justicia y nadie pueda
encarcelarlos.
Es evidente, este país con este gobierno no funciona aunque
tiene algunos buenos hombres como Carlos Castellani trabajando en él, pero los
males tienen raíces tan profundas como un eucalipto de los millones que plantó
Perón en 1948 en una campaña forestal que jamás fue repetida.
¿Es necesario que volvamos a repetir que la justicia
argentina es un desastre?
¡Creemos que no!
EL DIRECTOR.