…El pueblo necesita ilusionarse
contesto que esto se va a superar pero nuestro presidente no nos da terreno
para recuperar la ilusión del que el suyo fuese un buen gobierno. En este
diario muchísimas veces dijimos los ricos no sirven para gobernar porque no
entienden la pobreza ni sufrieron nunca las necesidades de una familia común,
los ricos nunca tuvieron que oír a sus hijos que le piden comida y le piden un
nuevo par de zapatilla porque están pisando ya la tierra y lastimándose los
pies.
Si usted busca querido lector, en
Estrella encontrará no menos de treinta veces esta frase: Los ricos no entienden de las necesidades de un pueblo trabajador, de
esos que llegan a fin de mes con lo justo, que no tienen para irse un fin de
semana a pasear a Europa o Bariloche o a Miami, los pobres viven cambiando de
marcas de comida buscando las más baratas y no hoy con Alfonsín con Menem con
de la Rúa, con los Kirchner… siempre el pobre está ayudándose con la
imaginación, en la familia trabaja más de uno porque lo que uno gana no alcanza
para que todos vayan al colegio, para comprar los libros y cuadernos y unas
zapatillas que le duren todo el año y para comer. Entendemos nosotros que al
pueblo se lo está engañando, ¿Dónde fue el dinero que llegaba del FMI? Si ni
las provincias cobraron lo que les debe el Estado y algún funcionario del
gobierno, dijo por televisión el día domingo, que el FMI sugeriría no pagar más
las jubilaciones a quien tenga casa propia. No se trata de un trascendido, lo
oímos nosotros y nos aterramos porque eso si nos llevaría a una guerra civil y
Mauricio Macri no se da cuenta que la Argentina está a punto de explotar.
Nos gustaría preguntarle a Macri,
si el fuese pobre y tiene dos o tres hijos desnutridos por falta de comida que
le piden de comer porque tienen hambre ¿Qué haría Mauricio? ¿Alguien le puede
acercar esa idea?
Cientos de miles de hectáreas
improductivas porque son de ricos que realizaron una buena inversión en la
Argentina porque es un país rico en bienes, en campos, en ríos, en gente inteligente.
Invertir en un país así es una gran negociación aunque después esas miles de
hectáreas solo junten vizcachas, yuyos, cardos y malezas.
A un presidente popular se le
ocurriría poner muy buenos impuestos inmobiliarios a millones de cuadras de
campo improductivo para obligarlos a trabajar el campo, para darles trabajo a
los empleados y obreros que no tienen en este momento ocupación firme y tienen
una familia que mantener.
Parece increíble que las primeras
cosas que prohibió Macri apenas subió al poder fue: “Basta de futbol para
todos, ahora hay que pagar para eso… Ahora basta de escuela pública y basta de
estudios terciarios gratuitos!!”
Nadie le dirá a Mauricio lo cerca
que está de una explosión social. Ninguno de nuestros lectores si ve llorar de hambre
a sus hijos pequeños o su familia se quedaría encerrado en su casa llorando y
Dios solo sabe que haría ese hombre o esa mujer viviendo esas alternativas
caóticas y vergonzosas en un país como el nuestro.
No se pueden comprar los
remedios, no se pueden comprar ropa, la mayoría sufre necesidades de todo tipo
y se ha incrementado extraordinariamente la cantidad de argentinos con hambre,
sin trabajo, sin ilusiones, dispuestos a cualquier cosa para zafar de esta
encerrona que le ha dado el país la urnas llenadas por votos que ni imaginaban
lo que les haría vivir la persona en quien confiaron.
Lo más probable es que la actitud
oficial sea salir a castigar a los periodistas que dicen estas cosas pero jamás
leer lo que esas cosas significan en el pueblo argentino hoy.
A la distancia ya apareciera que
le único que puede salvarnos es Dios.
EL DIRECTOR.