Estamos un poco ofendidos con la Justicia tal como se
administra en Argentina. Hablando en popular, nuestra justicia se parece
demasiado a nuestra infancia cuando íbamos a patear al campito y el que
disponía de todas las cosas era el dueño de la pelota.
Y todos nos quedábamos porque nos interesaba jugar, aunque el
dueño de la pelota armara mal el cuadro, pusiera los horarios a su antojo,
elegía los referís, y todas esas cosas cuando pibes, y que hoy se parece tanto
al gobierno Macrista. Nos tenemos que bancar que sea Bonadío el juez de
Cristina, que diga y se desdiga todas las veces que quiera López, el de los
sacos de dinero, y que en lo posible, todos lo que se manejen en contra del
kirchnerismo o el peronismo son sacados como chicharra de un ala de los lugares
jurídicos.
No nos olvidemos, si nos creemos buenos periodistas, que
“burradas” hubo también en la época peronista. Y tuvimos pruebas en Cañada de
Gómez a la que algún alcahuete de Peron que quería ganar galones le cambió el
nombre y nos rebautizó Ciudad Evita
en vez de Cañada de Gómez, la calle Lavalle dejó de llamarse así y se llamaba
Juan Perón, y la calle Ocampo Eva Perón. ¿Cómo esos excesos de chupar medias no
le iba a caer mal a la gente que estaba en la oposición? En Cañada ya se
llamaba el parque municipal Juan Perón, pero tenemos que entender que hacía
muchos años ya que los argentinos
veníamos sufriendo ataques de la oligarquía que no fomentaba la
industria, que sí la fomentó Peron después, ni la justicia social que la impuso
luego el líder Peronista y cosas que a la distancia uno se da cuenta que
después de tantos años una idea radicada del poder en la Argentina pudiera
creerse dueña de todas las verdades, de todas las riquezas, y de todas las
estupideces que generalmente son cosas que cometen los hombres muy ocupados de
trabajo y muy aferrados a las nuevas ideas que quieren implantar.
Creemos que ya no estamos en eso. Nosotros creemos que no le
da el cuero a nuestro actual presidente de poner en vez de Buenos Aires,
cambiarle el nombre y ponerle Franco Macri, cambiar el Aeropuerto de Ezeiza y
que se llame Presidente Macri, y todas esas torpezas que los propios peronistas
reconocen haber cometido por el exceso de entusiasmo que le producía ver que
por fin la Argentina, gracias al primer Gobierno Peronista cambiar el orden de
los factores que sí cambiaban el producto abriendo fábricas, conduciendo a los
descamisados de Evita a fundar sus gremios y los decretos con los que desde ahí
tenían que chocar de frente los ricos que eran como son hoy los dueños
encubiertos del país. Todo esto no hace más que entorpecer lo que viene
desparramado sin planificación de mentira en mentira por parte del gobierno o
de promesa en promesa, de parte de los que nos están gobernando, y todos los
que en este momento en la Argentina están navegando a la deriva con serios
problemas de naufragios.
Nosotros sabemos que Macri no va a estar otro periodo más;
por eso nos duele y nos molesta que nuestro actual presidente comprometa al
país a pagar astronómicas sumas de dólares al gobierno que este conduciendo la
Argentina dentro de dos años o tres, o cinco o cuarenta, según se le haya
ocurrido a este gobierno convenir los pagos que hay que hacerle al FMI desde
hoy en más.
No tenemos dudas que Macri no va a ganar en el 2019, por lo
que vemos absolutamente absurdo que el firme deudas que tengan que pagar las
próximas generaciones de argentinos, que no fueron consultadas sobre las
mismas, y que seguramente no podrán pagar porque son cifras incalculables.
Todo está orientado hacía un rompimiento de la marcha
democrática y del respeto a la Constitución Nacional que son dos factores
esenciales si queremos encontrarle una salida
a este despilfarro en el que nos metió el Presidente actual al llamar al
FMI para que venga a enseñarnos a gobernar una rica Nación Sudamericana, quizá
la más rica del mundo.
EL DIRECTOR.