viernes, 14 de septiembre de 2018

LA MUERTE DE UN GRANDE




Ha muerto Carlos Garaycochea a los 90 años, un personaje increíble con un estilo en el dibujo humorístico imposible de imitar.
Fue genio y figura allí donde actuara en radio, diarios, revistas, o en televisión, donde hizo una serie en la que él unía a dos animales que sirvieran para los seres humanos y era un chiste que solo podía imitarlo un genio. Por ejemplo, el ratoveja donde el unía una oveja con una rata que al andar por la casa limpiaba los sócalos con la lana de la oveja y la velocidad de la rata, pero esas cosas las tenía que decir y hacer él, cuya vena cómica jamás se explotó como se pudiera haber explotado.
Fue profesor de dibujo, creador de un estilo inigualable, tuvo una imaginación impresionante para hacernos reír con cualquier tontería, que si tenía el sello de Garaycochea era un hecho que nos iba hacer reír a todos.
Muchas veces usamos sus dibujos y le agregamos nuestras ideas en los globos de los personajes que le robábamos y que jamás dejábamos de pedirle disculpas porque reconocíamos la autoría de los personajes, y siempre salieron buenas producciones gracias a la simpatía de los mismos.
Ya no habrá dibujos de Garaycochea en las revistas, salvo que sean dibujos viejos. Como ya no gozamos de la simpatía de Inodoro Pereyra y Mendieta porque murió Fontanarrosa. Como no vimos más a Clemente porque murió Caloi o Patoruzú porque murió Quinterno, aunque en este caso sus ayudantes o hicieron vivir unos años más utilizando sus mismas artes.
Maestro: Te imagino haciendo todas esas locuras ante Dios, junto con Fontanarrosa, Divito, Quinterno, Caloi, Lino Palacio, Ferro, Langostino el navegante independiente que tanto nos hizo reír en las páginas de Patoruzito.
Cuando muere un grande lloramos en la tierra y seguramente empezaran a reír en el más allá.
Firma: Atila Jartti.