Poco a poco vamos perdiendo el respeto por la figura presidencial que
hoy rige los destinos de este hermoso país. Ahora creó las “pirañas”.
Cuando asumió en el 2015, Mauricio Macri, y fiel a
nuestra costumbre de apoyar a la gente elegida por el pueblo hasta que estas
traicionan lo prometido en sus campañas políticas, no fuimos una excepción en
ninguna de nuestras reglas. Si Estrella duró tantos años es porque no se
fanatiza ni en el elogio inmerecido, ni en la vista gorda de los graves errores
de los que mandan.
Debemos confesar que en 61 años
de vida de éste diario, no hemos descubierto un Presidente de la Nación tan
desvergonzado e inútil, “Cambiemos” aunque ya sea tarde. Los famosos decretos
de necesidad y urgencia que inventó otro presidente anterior (maldita sea esa
situación) y él la usufructo para entregar el país económico nada menos que a
los piratas del Norte. Ese país hoy gobernado por un loco que a los pocos días
de asumir tiró la bomba más grande que haya fabricado el hombre en tierra
asiática donde presuntamente habia terroristas. Pero sin lugar a ninguna duda,
esa bomba mató a chicos, ancianos, gente inocente, y tal vez a algún
terrorista.
Volvemos a nuestro caso, nunca en
61 años vimos a un presidente dar tantas marchas atrás en sus decisiones. O
sea, demostrar tan a la vista de todos su incapacidad para gobernar a la
Argentina.
Sin darse cuenta fabricó un nuevo
ejército malvado: las “pirañas”.
¿Qué son las pirañas? Son los
millones de chicos malos por el hambre que tienen y no por su naturaleza de
niño, agruparse de hasta 100 y salir a desvalijar comercios, gente que va por
la calle, automovilistas, toda clase de transgresión para lo cual están
autorizados por una estúpida ley que nadie se da cuenta los daños que está
haciendo al país. La inimputabilidad de los jóvenes, sumado a la idiotez de
Menem de eliminar el servicio militar para ganar la segunda elección de su
gobierno en la década del 90’.
Y… ¿Qué pasa ahora? Que son
tantos los chicos “pirañas” que hace falta otra policía más, y más numerosa
para detenerlos pero… oh sorpresa, por ser niños tienen permiso para hacer lo
que se les dé la gana, y si son chicos con hambre pueden ser armas mortales.
Seguramente, seguirán las críticas contra nuestros editoriales. Pero si nuestra
forma de ser en 61 años fue apoyada por el pueblo de diferentes colores
políticos, no creemos que a ninguna persona de bien se le ocurra descalificar
nuestras opiniones que en su momento, antes de la desvergonzada entrega
económica al FMI de nuestro país, nuestros conceptos no eran ni criticados ni
castigados. Más bien el castigo a la vista de la gente es que un anunciante de
un diario que dice la verdad al pueblo, merezca ser sancionado sus avisos en
las mismas páginas que antes apoyaban en dar a conocer su criterio de los
presuntos errores de nuestros editoriales.
Hace muchísimos años, en Brasil
pasó algo parecido. El brasilero, por formación exagerado en todo, formó el
escuadrón de la muerte, que salían de noche a matar a los chicos que hacían
imposible la vida normal de los demás habitantes mayores. A las madrugadas, los
encapuchados del escuadrón dejaban los cadáveres de decena de chicos en las
cunetas tirados como basura.
¿Queremos esa realidad en la
Argentina? ¿!Verdad que no!? Mucha gente creerá que estamos hablando de
fantasías porque esto ocurrió hace muchos años, cuando la mayoría de nuestros
lectores no habían nacido. Pero si la Justicia Argentina no actúa con rapidez y
eficiencia, estos ejércitos de pirañas que son chicos con hambre o hijos de
delincuentes, acostumbrados a las armas y a la violencia, se convertirán en un
ejército más difícil que el que está armando el narcotráfico entre bambalinas.
No sabemos si pedir que la gente piense en esto o pedir disculpas pensando que
puede ser un error. Lo que siempre nos
ha pasado es que somos respetuosos de nuestra opinión y de la opinión de los
demás.
Sólo que hoy en esta Argentina
están los laburantes desesperados, los jubilados desesperados, los despedidos desesperados,
y poca gente de buen pasar detrás de su computadora y con su caja fuerte
sólidamente cargada de dólares o pesos. Gente bien, no se engañe. Lo que pasa
es que nosotros tenemos la obligación de representar al pueblo sin preguntarle
cuánto dinero tiene en su bolsillo, sin preguntarle si tiene trabajo o si sus
familias tienen hambre, y sólo pensamos que si elegimos ésta profesión no fue
nunca para ocultar la verdad, sino para defender al pueblo.
Nuestras disculpas a los
Macristas que ven en Estrella de la Mañana un enemigo y no un grito patriótico.
EL DIRECTOR.