Hace años que nos conocemos.
Desde la época de los felices bailables del Sur, cuando muchos muchachos
esperaban en la puerta del club San Martín porque andaban cortos para la
entrada y al llegar el director de Ronda Musical que era el mismo director que
éste diario, los hacía entrar a todos sin pagar, porque se usaba ese festejo
popular para conseguir pesos que le permitían a este diario seguir saliendo.
Pasó el tiempo, no necesitamos organizar más bailes para mantener el diario
pero el corazón de esos muchachos humildes de la Zona Sur, quedaron con la
deuda dentro de su corazón. Muchas veces nos demostraron los vecinos de ese
barrio tan querido por nosotros, la nobleza con que nos agradecían ese
pequeñísimo favor de permitirle entrar al baile sin pagar entrada, teniendo con
Estrella y su gente gestos que sólo salen de corazones nobles. Su amistad no
más y sus saludos amistosos en la calle, ya para nosotros eran grandes alegrías
y un homenaje a un pequeño gesto que volveríamos a tener hoy cuando un pobre no
puede entrar a un espectáculo que quiere ver, a un baile, o recibe algún gesto
de gente que puede dar esa alegría a los que no pueden.
Días pasados tuvimos una charla
con una señora, buena persona, trabajadora, de confianza, que cuenta con
nuestra estima.
Nos dijo que no pensaba votar a
la actual intendenta en las próximas elecciones porque la municipalidad se
habia atrasado en pagar algunas horas extras. Recordamos que esa mujer vive en
un barrio muy bajo y le preguntamos:
-Decime, ¿vos no vivís en el barrio Sur?
Ella nos contesta:
-¿Qué si vivo? La inundación del 2000 me llevó todo lo que tenía en mi
casa. Nos salvamos raspando.
No le dijimos nada. Pero
pensamos, ¿el barrio Sur no se da cuenta hoy que hace como 20 años no tiene más
inundaciones como antes tenían cada 2 o 3 años?
Ésta meditación que compartimos
hoy con nuestros lectores, queremos que haga comprender que la gente que está
en el periodismo, si hay algo que debe aborrecer, es el desagradecimiento que mucha
gente sin darse cuenta, sin analizar a fondo lo que hace o dice, se convierte
en un ser que no le debe gustar a Dios.
¿Usted qué opina?