Ni “Clarín” ni “La Nación”, los medios que catapultaron en
nombre de Macri a la presidencia de la nación, dejaron de publicar la causa en
que hoy se está juzgando a todos los Macri, incluido nuestro presidente de la República.
Últimamente pareciera que la justicia se dedicaba solamente a
descubrir los ilícitos del Kirchnerismo, como si todos los poderes del Estado,
jueces, fiscales, etcétera tuvieran la función de descuartizar al Kirchnerismo,
sin darse cuenta también que cuando de desata una ola de justicia hay que estar
bien limpio para aprovecharse de ella y sacar las ventajas que sacó Macri, de
los desaguisados de De Vido o Lázaro Báez. Macri también tiene cosas que
explicarle a la justicia y si bien correspondería una licencia de Presidente de
la Nación para poder aclarar su responsabilidad en los sucesos sacados a luz en
los últimos días, eso no va a ocurrir, estamos seguros.
Franco Macri había sido declarado inocente hace pocos días, y
habían dado la causa por cerrada en un acto atentatorio contra la Constitución
Nacional y las leyes del Estado.
No nos explicamos tampoco nosotros el por qué el aumento de
los peajes, si no están sujetos ni al precio de la electricidad ni a grandes
obras de repavimentación que hacen falta, ni con los tarifazos por todos
sufridos. Ocurre que a nosotros, nuestra voz es un murmullo y no un grito como
lo son las publicaciones de los grandes diarios pero no menos de cinco, seis
veces, pedimos y exigimos que se nos dé una explicación del por qué el tremendo
aumento de los aumentos en todo el país. Ahora resulta que sale a luz que el
presidente Macri tiene grandes capitales invertidos en los peajes.
Si esta gente fuese más inteligente, si hubiesen dedicado a
gobernar y no a destapar cadáveres ni ollas con olor a podrido. Porque ellos
mismos tienen un montón de ollas a destapar que pueden producir un estallido
institucional.
Que autoridad moral tiene hoy nuestro gobierno nacional para
seguir trabajando casi exclusivamente en defenestrar a Cristina de Kirchner, en
vez de buscar soluciones que impidan que siga creciendo la pobreza, el cierre
de fábricas y una quiebra futura de nuestra economía.
Hay un viejo dicho que aconseja no escupir al cielo, porque
le cae en la cara.
EL DIRECTOR.