AMELIA ROMALDETTI VDA. DE MOGLIANI.
Era otra amiga, que se nos fue.
Falleció la semana pasada, quizás la más fanática de las lectoras de Estrella
de la Mañana.
Aquella mujer trabajadora que
para mantener a su familia tenía un kiosco donde hoy está la peluquería de
Pablo Sosa, que se llamaba “El Cafetal”. Era un lugar cálido, muchos lo recuerdan
porque el Cafetal era una parte importante del centro Cañadense. Amelia hizo
estudiar a sus hijos y le dio a Cañada de Gómez una familia querible, hijos
amigos de todo el mundo, unos de los cuales fue cadete de revista Estrella,
antes de ser contador, uno de los más reconocidos de Cañada de Gómez. Otro
abogado y un ingeniero agrónomo.
Trabajadora febril, les permitió
estudiar, recibirse y ser reconocidos cada uno en su especialidad con un alto
nivel social. Doña Amelia venía todos los días a buscar diario Estrella, que
ella insistía en pagar pero que Estrella le regalaba con orgullo todos los días
de salida de nuestro diario, junto a otras jubiladas más que nunca dejaron de
encontrar abierta la puerta de nuestro Diario.
El miércoles de esta última
semana santa tuvo una cena con su familia, se fue a dormir y un día de la
semana santa Dios le dio el premio a todo lo que fue esta mujer, la hizo irse
sin darse cuenta, de este mundo que es como Dios premia a la gente buena.
Amelia, con sus 95 años nos dejó de la mejor manera que cualquier persona puede
pedirle a Dios.
Nosotros tenemos un diario que
nos sobra ahora, pero una amiga que nos falta. A sus hijos y demás familiares
el dolor compartido del Diario del pueblo. Desde hoy Amelia será un recuerdo,
pero un lindo recuerdo para la gente de Estrella.