Hablamos en estas mismas columnas del legado de un grande del
periodismo argentino fallecido ya hace tiempo, el judío argentino Bernardo
Neustadt.
Todos lo recuerdan siempre estuvo de la mano de quienes
mandaban en la Argentina y eso le producía severas críticas a su periodismo
formal positivo, valiente y generalmente favorable a las personalidades que
mandaban en el país.
Mucha gente le decía que era un periodista para los que
gobernaban y tenía su seria contra entre sus lectores. Pero Neustadt cada vez
que le hablaba a doña Rosa como él llamaba a sus televidentes jamas se equivocaba.
Nos vimos con él en la oficina de Enzo Ardigó en Buenos Aires
junto al obelisco y en esas charlas entre amigos se dicen cosas que uno no se
anima a publicar, allí conocimos a un judío diferente, no apegado a intereses
económicos ni al dinero y generalmente una figura periodística muy importante
para los gobiernos de turno eso motivaba que la oposición del gobierno de turno
consideraba que Bernardo estaba haciendo lo que hoy hace Lanata con Clarín,
contratado para destruir a un partido político o a un grupo de políticos en el gobierno sin cruzarse de vereda haber como se ve desde
la vereda de enfrente las verdades que uno cree que está respetando. Bernardo Neustadt
se murió, hubo pocos homenajes y creemos que no fue justo que así fuese. Si uno
tiene a veces en la duda como periodista que tomar parte a favor de dos en
disputa nosotros tenemos una norma si nuestra inteligencia no nos llega a
discriminar los valores en pugna y tomar partido por uno u otro, nuestro
periodismo elige lo más fácil y lo más importante, apoyar a quienes mandan y
tiene la parte más fea de las disputa.
En realidad en 62 años
la gente alguna vez nos vio a favor de algún militar que despojo del poder a
alguien que estaba haciéndole mucho daño al país, y eso para nosotros era
motivo suficiente para volcarnos en contra de quien siendo gobierno súbitamente
se olvida de sus promesas al soberano.
A nosotros nos vieron en este pequeño diarito hasta estar de
acuerdo los primeros días con la revolución de Videla. Cuando nos dimos cuenta
de nuestro error fuimos lo contrario y nos costó la cárcel. Cuando subió
Alfonsín lo mismo el gran radical tuvo que irse 6 meses antes de terminar su
gobierno. Cuando subió Menem llegamos a decir que Menem y Cavallo habían
logrado estabilizar la moneda argentina y antes que termine su segundo gobierno
le pedíamos a los militares un golpe de estado y estos dos señores en la
cárcel. Todos saben lo que paso con De La Rúa a quien por 7 ediciones
consecutivas Estrella de la Mañana le pidió la renuncia por su falta de talento
y sus tremendos errores. Kirchner fue otra cosa y su mujer Cristina su sucesora
dejó muchos pelos en la gatera que no le hacían honor a Néstor. Al subir el
actual presidente si usted busca el archivo de Estrella solo se va a encontrar
con una crítica al comienzo de su mandato: un hombre que nació rico, vivió rico
y mezclado con los altos capitales y oligarquía jamás puede ser un buen
gobernante de un país con tantos pobres como hay en la Argentina. Y ahí tampoco nos equivocamos y recordamos en
estos días en que Macri es más pasado que presente estas coincidencias que a
muchos de nuestros lectores se les ha escapado analizar. Hoy no existe otro camino que Cambiemos. Pero
no el partido que cambiemos de gente decente y patriota para manejar la Argentina.
EL DIRECTOR (83 años)