Hagamos un poco de historia: 20
de junio día de la bandera una enorme bandera paseándose orgullosa por las
calles de su Rosario querido. Miles y miles de personas rodeando el acto del día
de la bandera frente al monumento más importante que tiene la Argentina en Rosario.
Hubo algunos presidentes que honraron
la fecha. Otros tiempos, allí vimos triunfar la voz la energía y los dichos del
presidente Alfonsín cuando aun no lo era, pero la fiesta aseguraba alrededor de
la bandera ya festejaba que ese hombre iba a ser Presidente de la Nación. Y así
fue.
La más grande figura de la
política nacional, gozaron del cariño de un pueblo que honraba a la bandera de
Belgrano y a su enorme y querido monumento. Mauricio Macri a algo más de tres meses de las elecciones
para ser reelecto como Presidente de la Nación.
Pero no pudo venir al monumento a honrar a la patria, al pueblo y a
nuestra bandera. Porque solo iba a recaudar miles de insultos y el descontento
popular que produce su promocionada “transparencia”
porque es un hombre muy inteligente y conoce muy bien los resultados que su
presunta transparencia causó en el pueblo argentino, un efecto que se iba reproduciendo
en insultos y en un gran desorden nacional porque Macri con su política ha sumido
al pueblo argentino con su famosa transparencia en millones de gente con hambre,
sin trabajo y lo peor sin esperanza.
Siete minutos duró el acto que
nos juntaba a todos los argentinos alrededor de la bandera que honra a Manuel
Belgrano su creador, vallas policiales en todos lados para que el pueblo no
pueda asistir a lo que siempre fue una fiesta menos el jueves.
Macri también asistió a Rosario
pero fue a un club pequeño de una zona muy pobre que hizo rodear con toda la
seguridad imaginable para que ningún pobre pudiera pasar a gritarle lo que
todos sienten en el corazón viendo en la realidad una transparencia que no
existió nunca pero que muchos de los argentinos imaginábamos que podía salir de
la mente de hombre rico gobernando un pueblo de pobres.
Ni soldados jurando a la bandera, ni alegría
en las calles argentinas, ni altas autoridades nacionales, y el presidente de
la Nación que ve la transparencia de lo que producen sus actos escondidos en un
pequeño club por diez minutos volviéndose a Buenos Aires de inmediato. Como justificando que él no falto a uno de
las fiestas patrióticas mas ponderables de nuestra historia.
Todo salió con la transparencia
que no podía aceptar de un pueblo que iba a ir a insultarlo.
Nosotros aportamos nuestra
transparencia como vemos un futuro diferente a partir de diciembre gritamos con
toda la voz que tenemos y con toda la razón que nos cabe gritamos VIVA LA PATRIA ¡! Pero con transparencia en el corazón.
EL DIRECTOR.