El fallecimiento de un buen hombre
A los 81 años falleció Fernando De la Rúa, el ex presidente
argentino y abre varias puertas para el análisis.
Fue el abogado que se recibió en Córdoba con el más alto
puntaje, una carrera brillante. Fue un buen hombre. Tal vez si no hubiese sido
presidente de la República cuando arrancaba un ciclo nuevo, todos hablaríamos
bien de él con motivo de su fallecimiento.
Al llegar a la presidencia dejó de lado conductas que lo ensalzaban
de su vida anterior y se dejó dominar por los estrategas económicos oligarcas
de la pasada gestión Menem.
Recibió un país agobiado que dejó Menem, cuya trayectoria
como presidente de la República ya hemos comentado como deplorable y traidora a
nuestra patria. Algo muy parecido a lo que nos pasa hoy con un presidente que
superó ampliamente los errores cometidos por los últimos tiempos de Menem y la
presidencia de De la Rúa que levantó al país en un cacerolazo histórico, que lo
obligó a irse de la Casa Rosada en un helicóptero y aceptar el pedido de
renuncia que el pueblo le habia solicitado. Hay una enorme distancia entre el
fracaso de De la Rúa, el fracaso de Menem y el traidor fracaso del presidente
más mentiroso que tuvo la Argentina quizá en toda su historia: el señor
Mauricio Macri.
De la Rúa merece otros tipos de críticas porque una persona
puede equivocarse justamente por eso porque es una persona falible, pero muy
diferente es lo que está pasando hoy con el traidor de todas las promesas que
le habia hecho al pueblo argentino. Nuestro respecto a la memoria de un buen
hombre que no tuvo la energía suficiente para sacarse de su entorno, los
malvados que siempre están en el poder, incluso y más que nunca en este
momento. Nos quedamos con la despedida a un hombre equivocado pero honesto.
EL DIRECTOR