miércoles, 4 de marzo de 2020

Argentina pisa en terrenos de ciénagas.



Hace 60 años en todo el país los espectáculos bailables terminaban a las 2 y media de la mañana, luego a las 3. En la década del 80 los inspectores municipales caían al centro de Ronda Musical con un talonario de multas en blanco por si la organización del baile se excedía de las 3 a 3 y media de la mañana. Eran bailes de gente grande y gente joven mezclada y era una fiesta familiar donde casi nunca había entreveros, o cosas fuera de la normalidad. Solo algunos que exageraban tal vez con el vino toro con coca que era la bebida más popular. En esos lugares no había líos ni a la entrada ni a la salida y solo había una barra en el boliche más popular que tuvo Cañada, Mckakos, al que por alguna situación anormal (coima) se le permitía cerrar a las 4. Allí si había un grupúsculo de jóvenes que agredían de palabra a los rosarinos que venían a Cañada de Gómez en tren y les coincidían los horarios. Pero nunca, un bailable de un boliche se excedía hacen 30 o 40 años, más allá de las 4 de la mañana.
Nos pasamos la vida preguntando en Estrella de la Mañana que decreto salió del gobierno o del congreso de la nación permitiendo que jóvenes de 16 o menos años, estuvieran bailando, drogándose y alcoholizándose hasta las 6, 7, o 8 de la mañana.
Desde que ocurrió ese fenómeno inadmisible e imperdonable para las autoridades del momento comenzaron las muertes, las peleas, el alcohol y la droga convierten a un joven y talentoso estudiante en una bestia como ocurrió en los últimos tiempos en Villa Gesel y Rosario. Y ocurre permanentemente en el resto del país.
Hay gobiernos que han usado a los jóvenes para cualquier cosa pero jamás cuidaron las calles que transitan, los lugares que visitan y las costumbres que tienen en esos lugares cada vez más tenebrosos y teñidos de sangre.
¿Y todavía seguimos esperando que lo más hermoso que tenemos en la Argentina, su juventud, se siga malogrando en esos lugares?  No hablamos de lugares donde el jóven puede bailar, reunirse, disfrutar de la vida joven y donde la violencia hasta las 3 de la mañana no arrancó todavía obnubilando la preciosa mente de nuestros queridos jóvenes.
¿Qué espera para actuar el Congreso que tantos millones de dólares le cuesta al país, casi inútilmente?

EL DIRECTOR