lunes, 24 de agosto de 2020

ATILA JARTTI, TUTTI FRUTTI.

 

ATILA JARTTI, TUTTI FRUTTI.

 

LA MUERTE, ESE MISTERIO…

A medida que pasa el tiempo y caen las hojas del almanaque, uno empieza a sentir la opresión de los años. Mira los muertos que hay en las páginas históricas de Estrella de la Mañana y se entera de unos cuantos muertos, entre los cuales la mitad uno conocía muy bien. Y se enfermaron y se fueron sin que uno se enterara, por lo menos para ir a saludarlo y a pedirle que a donde vayan nos preparen un sitio para volver a compartir la vida como lo hicimos aquí en la tierra.

Hace poco tuve una triste experiencia, se me fue un amigo de verdad que me había salvado la vida en varias ocasiones y oportunidades y que había dirigido mis pasos hacia los lugares donde tenía que ir para salvarme de una difícil operación de cambio de válvula aortica. Entre este médico y Marquitos Tomassini del Plaza de Rosario, hace 10 años me operaron y me dejaron impecable. Es tanto lo que yo le debo al Dr Luis Crossa que cuando me decía que andaba jodido yo lo tomaba para la joda y un día en que tenía que ir a atenderme de mis problemas rutinarios, no me contesto la pregunta que yo le hice. Simplemente, me dijo: Me estoy yendo José, me estoy yendo…

Me duró mucho tiempo esa voz correntina y esa sabiduría que tienen los grandes de verdad, de aceptar las cosas como son y de entender que la vida es una circunstancia y que todos tendremos que pasar por ella.

Luis Crossa se murió, yo quedé vivo y todos hoy estamos buscando que aparezca otro Crossa, que regale medicina entre los pobres enfermos y que se comporte como se comporto este genial médico, con todos sus pacientes y conmigo en particular.

 

KIKO BARCHEÑA.

Vida, pasión y muerte.

La relación con el intendente municipal Bocha Mansilla fue hermosa. El Bocha significó un antes y un después para Las Parejas y mezclo su chispiante humanidad con cosas que hacía y proponía y generalmente orquestaba inmejorablemente bien. Un día de los tantos que el Bocha me hacía ir sobre la hora del almuerzo y me invitaba a almorzar en Las Parejas, me dijo:

-         José, quédate a comer con nosotros. Tengo un acto en una fábrica y después comemos.

La fábrica era KADAE de Kiko Barcheña y su familia. Kiko cuya caricatura esperemos que pueda salir en esta página era muy feliz entre sus autos viejos que el compraba, restauraba y remodelaba. Tenía una fortuna en coches viejos. A Kiko le hicimos varios avisos en concepto de propaganda y publicidad, en Estrella y un diario encargado por sus hijos para festejar los 60 años del jefe de todo eso, del jefe de la familia. Fiesta que se realizó en el comedor del Club Sportivo de donde era fanático con 600 comensales invitados, todos muy allegados y queridos por Kiko.

Estrella le edito un número especial como si hubiese sido editado la noche de esa cena por su cumpleaños, con toda su historia.

Muchas lágrimas, pero Estrella decía en la tapa: En este momento está festejando sus 60 años Kiko Barcheña, un gran empresario, un gran hombre. Y allí estuvimos todos, incluidas las autoridades municipales y todos los demás.

Todo quedó como un lindo recuerdo pero 4 años después encontré a Kiko en el fondo de la fábrica llorando. Fue muy extraño para nosotros pero resulta que se había distanciado, alejado y peleado de la familia que tan bien lo había homenajeado y ahora Kiko empezaba a trabajar solo en un galpón vecino a su casa al no estar de acuerdo con algunas decisiones y disposiciones de su familia para con él y para con Kadae, su gran empresa . El murió y nos dejó estos tristes pincelazos de un parejense y argentino de ley que seguramente no estaba conforme con el destino que su familia le había reservado, nos reservamos la opinión al respecto…

Kadae sigue siendo una gran fábrica y Kiko un gran recuerdo.

 

Hace 30 años en una conferencia universitaria me enteré de que los japoneses en Argentina han sido ciudadanos brillantes, geniales, inteligentes, educados, humildes, honestos y honrados. Hace 30 años me juraron que no hay un solo japonés que tuviese una causa judicial y legal en la Argentina. En Cañada había uno que hizo familia y tuvo hijos, uno de esos hijos fue compañero de mi hijo mayor, que lo admiraba. Él, como todos los japoneses jamás habían tenido una discusión, una pelea, una cuestión judicial y legal, nada en contra de las personas o sus conductas en la Argentina.

Lo único que le criticaban al padre de la familia de japoneses que tenían la exitosa tintorería que luego desapareció, el nombre que le habían puesto al hijo mayor, el japonesito que creció siendo amigo de mi hijo mayor debía responder al nombre de: Mekao Nakama. Que para ellos no significaba nada, porque esas palabras que nosotros pensamos no existen en su idioma y porque los japoneses están más allá de una burla o de una cargada, están en otra, es otro nivel, nada que ver con nosotros. Y los japoneses entienden que llamarse Mekao Nakama es algo normal, un nombre común y corriente, como el que se llama José, Juan, Jorge, etcétera aquí en nuestro país. Si existe algún japonés con alguna causa en Argentina ocurrió en los últimos años, no antes.

Sin duda, mi mejor cuadro fue, es y será la Madre Teresa de Calcuta. Ese cuadro esta sobre mi computadora en la redacción del Diario y cuando me visitó, hace muchos años, Carlo Ramacciotti que estaba trabajando desde hacía mucho tiempo en Europa como él le pidió a los padres que se lo permitieran dándole esa posibilidad cobrando la parte de herencia que a él le tocaba en vida, pudiera el ejercer una profesión que le gustara en Europa, porque no daba pie con bola con ninguna, aquí en Argentina. Hermano de Petete, hijo de Beto, ex concejal del peronismo en Cañada de Gómez, cuñado de Ángel Federico Robledo, y proveniente de una familia que había entendido que “Lili” ósea Carlitos Ramacciotti, tenía derecho a ir a hacer su vida a donde él lo eligiera y así lo entendieron los padres que tuvieron que vender la casa que tenían en Cañada e ir a vivir a Mar del Plata alquilando alguna vivienda.

El hecho es que Carlitos vino a visitarme al Diario después de muchísimos años porque se iba a Europa de nuevo, donde estaba trabajando como guía turístico. Quedó paralizado delante de la Madre Teresa porque el que era guía turístico nunca había visto una Madre Teresa con tanta expresión en la vista. Y ahí nomás armó el negocio.

Imprimiría 30.000 folletos en ilustración y se los daría a la comunidad de la Madre Teresa, en Roma y ellas lo venderían a cada viajante por avión desde Roma a 1 dólar, por lo cual el ya había hecho un cálculo exacto, que nos iba a quedar 75 centavos de dólar por cada dólar que recaudasen las hermanas de la Madre Teresa.

Tuvimos que sacarle diversas fotos, gracias a un buen fotógrafo como Daniel Sanchez que estaba ubicado Lavalle y Moreno a pocos metros del Diario e hicimos un gran trabajo con Billy porque la foto salió excepcional, yo quise dejar que se llevara la foto de mi cuadro, no mi cuadro porque yo no lo iba a ver más. Dicho y hecho. El cuadro está en la oficina del Diario y 30.000 imágenes de este, dando vueltas por el mundo con la hermosa visión de la hermana Teresa.

No cobré los 7.500 dólares prometidos pero al menos tengo mi cuadro conmigo.

No pierdo la ilusión y la esperanza de poder hacer otra edición y versión de mi querida Madre Teresa…

 

Con seguridad que mi vieja memoria y mis recuerdos me seguirán dando datos, información y anécdotas para seguir entreteniendo a los queridos lectores de Estrella.