sábado, 17 de octubre de 2020

ATILA JARTTI, TUTTI FRUTTI.

Poco a poco me doy cuenta que a la gente le gusta esta informal sección donde un viejo que va a cumplir 85 años este mes opina sobre diversos, distintos y diferentes temas que son de uso rutinario y cotidiano.

La última noticia que conmovió a nuestros lectores fue la noticia de que el Dr. Alonso está experimentando con 70 voluntarios que viven en medio de un ambiente infestado por el coronavirus y no se contagian porque usaron la pastilla de nombre “Ivectermina”.

Si este esperanzador experimento médico y científico no logra que alguien lo desmienta y lo refute con pruebas y hechos, Argentina y el Mundo estarían al borde de haber superado una pandemia única en la historia de la humanidad.

“Luisito” que es como nosotros le llamamos porque su nombre completo es Carlos Luis Alonso, pero como Carlos se llamaba también su padre, fallecido trágicamente en la curva del puente de Correa, nosotros para no evocar ese triste y trágico recuerdo, lo llamamos Luisito, por su segundo nombre.

No se trata de un médico común y corriente,  hizo durante 10 años un micro con el Director de Estrella para el Globo de Atila Jartti, es de Correa pero últimamente estuvo trabajando mucho como médico forense en Cañada de Gómez y en Rosario y se jubiló como médico de policía en esta última ciudad mencionada.

Dentro de unos días le vamos a pedir que con su léxico accesible para cualquier lector nos explique a nosotros, cual es la situación que hoy vive Argentina y el Mundo, tratando de salvarse del coronavirus y saliéndole al cruce un médico de Correa con una pastilla que solo cuesta 300 $ y que según “Luisito” Alonso, está produciendo resultados maravillosos y esperanzadores.

Por supuesto que volveremos sobre el tema.

El Dr. Carlos Luis Alonso participaba del Globo adaptándose a lo que era el programa: Un programa de televisión informal pero serio a la vez.

“Luisito” antes de empezar el micro conmigo hacía oscilar el micrófono que nosotros teníamos colgado en el techo para que no entrara en cámara y que motivó que un empleado del Diario, el dibujante Gerardo Governatori, lo mandara a un concurso llamado “Perdona Nuestros Pecados” y se ganó con esa imagen el premio de 100 VHS vírgenes y una videocasetera.

Con Alonso gozábamos de una dudosa popularidad entre la gente que se divertía con el micrófono moviéndose delante de nosotros dos mientras hablábamos sobre temas serios en el que también participó Tito Rescia con un memorable, histórico e inolvidable furcio que por nombrar en su micro de estos programas al estado “Psi” lo nombró como estado “Pepsi” como si fuera una propaganda de la mundialmente famosa gaseosa. Si nos habremos reído del pobre Tito… Ja ja ja

Le vamos a pedir a Luisito una nota, entrevista y reportaje para Estrella y seguramente la gente va a leernos más que nunca el día en que eso se produzca.

Los bailes de Ronda Musical eran para la gente de todas las clases sociales y toda esa gente extraña y maldice el hecho de su cierre y desaparición a causa de que uno de los locutores de Estrella (ya difunto) trajera a un periodista rosarino con una oferta para el empresario José Rafael Dagotto, una oferta enorme por el local que alquilaba Ronda Musical, ósea Estrella. Dagotto no pudo desoír la oferta y nos echó del local y tuvimos que rematar todo y desarmar lo que por muchos años era la fiesta de la gente de la ciudad, el departamento, la zona y la región.

Ese local tenía un micro-cine donde en el primer descanso de la escalera para bajar a él se encontraban dos bellas damas ofreciéndole a la gente una copa que se llamaba La Cueva de Atila, con piña colada, gancia, una pizca de whisky y frutilla molida.

A nosotros nos parece increíble que se le haya privado a la gente de Cañada de Gómez tener un lugar así todos los sábados donde se armaban parejas, bailaba la juventud y era un lugar sano, sin drogas ni nada de todas esas cosas que hoy abundan en los lugares de fiesta para la gente joven y no tan joven.

Algunos enemigos de este éxito de Estrella y Ronda Musical que eran una sola cosa le decían al local “El Pinchilazo”.

Macakos que era el enemigo del centro ya se manejaba con putas, travestis, drogas, etcétera, etcétera. Nosotros fuimos todo lo contrario, no fuimos delincuentes como ellos.

Hasta 1986 el Centro de Ronda Musical era una cita para la gente de este pueblo en la que se divertían sanamente, sin drogas, sin escenarios pugilísticos producto de borrachos y drogadictos y con un trago glorioso que por años se recordó en su gran clientela: Vino Toro con Coca, se consumían más de 3.000 vasos por noche, cuando estaba la música de la gente jóven, la gente grande bajaba a mirar una película al subsuelo y cuando volvía la música de la gente grande, estos subían a bailar y los jóvenes bajaban a verse una buena película.

Según Quique Villanueva que como todos los grandes artistas que venían y se hacían muy amigos nuestros, nos decía que un lugar como el Centro de Ronda de Musical no había en toda Argentina ni a ningún lugar al que él había ido, solo en Las Vegas pero con un lujo y una riqueza que no podía haber en Ronda, donde iba la gente común y corriente.

Fue una época dorada tanto para Cañada de Gómez, su pueblo, Estrella y Ronda Musical. Y en lo personal y particular debo decir que fueron años muy felices, los mejores de mi vida.

De eso seguiremos hablando otro día porque vale la pena.

El chiste de hoy:

Una barra de trabajadores de la madera fanáticos del portaviones iba a la cancha todos los domingos menos un gringo medio boludo al que sus compañeros lo cargaban.

-         Vos decís que sos de ADEO pero no te vemos nunca en la cancha, gringo.

-         Má, que voy a ir a la cancha, yo quiero ir y le digo a mí negra que me voy a ver al portaviones y ella me dice: ¡Vos no vas a la cancha! Y al final, no voy.

 

Entonces uno de los muchachos le dice:

-         Mi mujer me hacía lo mismo pero yo la agarré un día, le baje los pantalones, le saqué los calzones, le pegué unos chirlos en el culo y le dije yo me quiero ir a ver al portaviones. Hace lo mismo gringo. Te esperamos el domingo.

 

Y el gringo le contesta:

-         Tené razón, nos vemos en la cancha el domingo.

 

Llegó el domingo y los muchachos de la fábrica de muebles fueron a la cancha a ver al portaviones y como siempre, se juntaron a comer su choripan a medio tiempo y el gringo no apareció.

El lunes lo primero que hicieron sus compañeros fue recriminarle:

-         Gringo, ¿Qué pasó? no fuiste a la cancha.

El gringo se rascó la cabeza y les dijo:

-         Les voy a contar muchachos:

 

-         Me acordé del consejo de ustedes y lo puse en práctica. Así que el domingo al mediodía comimos unos fideos muy lindos y después le dije me voy a la cancha y ella como siempre, me dijo ¡no vas a la cancha! entonces hice lo que ustedes me dijeron. Me senté en una silla, la agarre, me la puse en la falda, le levante la pollera, le baje lo calzones, y cuando iba a darle los chirlos en el culo que ustedes me dijeron me di cuenta que: MA QUE VA IR A LA CANCHAAAAAA!!!