sábado, 14 de noviembre de 2020

ATILA JARTTI TUTTI FRUTTI.

Soltar la mano y la imaginación a los 85 años es peligroso porque uno puede ofender sin querer, porque las intenciones son unas y las interpretaciones son otras y también porque los años hacen su efecto no solamente en las rodillas al caminar, en la fuerza de las manos y brazos y en la posibilidad de correrse una cuadra en 11/8 como hacía yo cuando tenía 18 años. Hay que conformarse con lo que uno tiene, pero por ahí me doy cuenta de que tengo mucho más de lo que creía, como por ejemplo, algo de memoria me queda para hablar de cosas que pasaron hace mucho tiempo.

Hace 20 años mi querido amigo Alberto Di Paola ex director suplente y provisorio de Estrella junto con Eduardo Navarro y el difunto Carlos Faúl cuando fui operado del corazón en 2010, me hizo saber de una investigación que había hecho él en un viaje que había hecho a Buenos Aires.

Alberto era un gran estudioso, sin ninguna duda, el mejor alumno en el Colegio Nacional que estuvo en el curso de periodismo.

Alberto vino un día y me dijo:

-         Tengo una noticia para vos.

Bueno, yo pensé: Será algún aviso nuevo, pero no. Alberto siguió…

-         Sos por 20 años de ventaja el fundador y editor de diarios más viejo en Argentina, ósea sos Decano de la Prensa Argentina.

 

Yo creí que se trataba de una broma de Alberto, pero no:

 

Había ido a ADEPA y había descubierto que por esa cantidad de años yo era el Director, Fundador y Editor de Diarios más viejo y antiguo de Argentina en ejercicio.

 

Con ese motivo estuve invitado en Concordia y en Concepción del Uruguay a Jornadas Nacionales del Periodismo Argentino, Provincia de Entre Ríos, por el Dr. Claudio Scrivano de La Nación, que quiso comprar Cacho Dinamita en 1985 y una vieja y estúpida secretaria del difunto Bartolomé Mitre, cuando ya teníamos el contrato casi hecho y firmado, me la rebotó con el argumento de que la lexicografía de Cacho Dinamita no correspondía a la del lector tipo de La Nación.

 

Felizmente la tira luego logró salir en La Razón de Buenos Aires y allí fue orgullo de sus tres dueños y directores, Carlos Spadone, Tito Lecture y Magddalena, donde se publicó y salió desde 1993 hasta 1996 cuando La Razón se cerró de manera definitiva y permanente.

 

 

Mi querido hijo, el Dr. Daniel Pablo Ramacciotti quiere imprimir un libro sobre Cacho Dinamita con las primeras 2.000 tiras. Dice que sería un gran éxito. Además ya hay un gran antecedente ya que Cacho Dinamita fue publicado en el Diario Ecos del Norte de Salta y en el Diario La Razón de Buenos Aires y en 1985 tuvo un contrato firmado con el Diario La Nación que nunca llegó a darse y concretarse porque una secretaria de Bartolome Mitre desestimó la tira por el lenguaje de la misma.

 

 

El Teatro Verdi vivió jornadas hermosas, fantásticas y maravillosas cuando Ronda Musical, mi empresa, organizó allí Ronda 70 y Ronda 71.

En 1970 la juventud de buena parte de nuestra provincia se juntó ofreciendo los temas inéditos que habían compuesto sus conjuntos. Los llenos del Teatro Verdi fueron espectaculares y quizás los más recordados por la gente que vivió esas jornadas.

Los premios de los dos años en que se hizo este gran festival fueron en 1970 para Los Dijes con el tema “Mi ciudad quiere llegar” de Alfredo Montoya.

 

Hoy en día ese gran teatro de nuestro pueblo está cerrado y vacío. Ese teatro vacío es un insulto a la cultura y al arte.

 

 

Ahora también el Teatro Cervantes está remodelando su gran sala, otro hermoso teatro que también está cerrado y vacio, otro gran insulto a la cultura y al arte.

 

 

¿Qué pasa con Los Catamaranes?

 

Un gran grupo que tenía gente con talento para brillar no solamente en Cañada de Gómez sino en todo el país y hace tiempo que no sabemos nada de ellos. Que los allegados y cercanos a los miembros e integrantes de Los Catamaranes nos ayuden a que no se muera un lindo proyecto convertido en éxito con el sello de Cañada de Gómez.

 

 

Es una lástima que se haya desarmado un gran grupo de cañadenses que habían organizado un centro cañadense en Carlos Paz para todos los habitantes de este hermoso y entrañable terruño que viajaban a la gran ciudad cordobesa, todos ellos se reunían en el serpentario, bar donde recibían todas las ediciones de Estrella y se juntaban a leerlas y a comentarlas.

 

Los cañadenses que vivían en la hermosa capital turística de Córdoba y que hacían este gran punto de reunión y encuentro cañadense en Carlos Paz, eran: Cholo Silvano y Sra. Mellis, Harold Martino dedicado a la inmobiliaria, los hermanos Lioi, Delfor Orellano, El Vivi Serenelli de Bustinza que tuvieron la explotación de los cines de Cañada, Horacio Urquiza y Sra. Mara Ciani, Piermattei, entre tantos otros.

 

La mayoría de ellos fallecidos pero en su momento habían armado un lindo grupo para recordar a Cañada desde lejos.

 

Qué lástima que esto ya sea solo una anécdota y nada más.

 

 

Bustinza para nosotros tiene un sabor y un color familiar de allí salieron grandes personalidades. Entre ellos Ángel Federico Robledo y toda su familia que luego desde Buenos Aires y para todo el país honraron a la política argentina.

 

Ángel Robledo fue el último amigo de confianza que se sentó a la derecha de Perón en las reuniones de gabinete hasta 1974, año en que murió Perón.

 

De Bustinza también salió una gloria del fútbol boquense, el Goyo Pin y del teatro como Bernardo de Bustinza y también vivió en la querida Bustinza Alfonsina Storni, 1 año.