El fallecimiento de Shirley Ardizzi nos entristece. Es como si aquel cuarto, quinto y sexto grado de la vieja Escuela Normal se estuviera muriendo de a poco, todos los días.
Algunas de las chicas de nuestro cuarto, quinto y sexto grado se pasaron de la Escuela Normal al curso de maestros y fueron buenas maestras bajo la tutela de la profesora de didáctica, Leonor Eufrosina Catalina Ramacciotti, “La tía Nora”.
Este grupo se dividió en dos, unos fueron al Colegio Nacional y los otros fueron a estudiar para maestros en la Escuela Normal.
En estos últimos días estábamos recordando con un compañero sobreviviente de aquel cuarto, quinto y sexto grado, cuántos muertos habíamos tenido en los últimos tiempos y llegamos a la conclusión de ya han muerto casi todos.
Hoy estamos llorando la muerte de una más de aquel curso de amigos que no querían separarse de lo que la vida los separó, trataremos de acordarnos de algunos de un curso del que posiblemente queden 3, 4 o 5 vivos.
El primero que se nos fue es Juan Carlos Etchart “Conejo”, con quién hicimos la primaria y la secundaria juntos y que se nos fue muy joven.
También se fueron, Hugo Maggi, Pedro Juan José Laguna “Tochi”, Rulo Garaggiola, Nilda Chiaverano, Víctor Rubiolo, Juan Carlos Debernardo “Fierro”, Norma Stamponi, Elba Mandrile, La Pandolfi y muchos otros que se escapan de nuestra memoria de 85 años, ya un poco castigada y gastada por el tiempo.
Gente muy querida por nosotros los de aquel cuarto, quinto y sexto grado de la Escuela Normal, cuya maestra era la señora Rubé entre cuarto y quinto grado y en sexto grado la señora Caronni.
La muerte de Shirley, una hermosa mujer, muy amiga de Pochita Gazzola que aún sobrevive del grupo, nos golpeó porque Shirley era una persona amable, simpática, gentil y muy querible.
A veces nos parece que la muerte es injusta con las personas…