Eso de ver canchas de futbol
con una sola hinchada apoyando a uno de los dos clubes que compiten no
permitiendo la entrada de la hinchada del club visitante es una tremenda
aberración. Todos saben lo que significa para un jugador de futbol tener una
hinchada a favor. Según algunos especialistas el ring de un jugador premiado
por las tribunas crece entre un 23% a un 35%. Eso difunde algunos psicólogos
deportivos. Pasa el tiempo y la solución sigue siendo una, que en la Argentina
parece estar prohibida: hincha que hace lio en una cancha, dos años de cárcel.
Y se termino lo de la barra brava, los tumultos, los golpes en las tribunas y
todas esas cosas.
Esto lo publicamos varias
veces y los vamos a volver a publicar hoy para que la gente recuerde con
nombre, apellido y dirección lo que en Estrella publicamos hace 40 años o más:
lugar Corrientes y Diagonal Norte, Ciudad de Buenos Aires. Octavo piso. La
oficina de Enzo Centenario Argentino Ardigó, un enorme amigo de Estrella y uno
de los mejores sino el mejor periodista deportivo que hubo en el país, en ese
momento director de la Revista Goles. Enzo nos dijo que Antonio Liberti,
presidente de River decía muy suelto de cuerpo que él jamás mando a sobornar a
un réferi antes de un partido. Pero que el árbitro que hacía que “todo saliera
bien” veía pasar por debajo de la puerta de su casa un sobre sin membrete con
dólares adentro el lunes siguiente al partido como premio a su “buen
desempeño”. Viendo el penal que le dieron el domingo a River, podemos llegar a
pensar que Liberti, ya fallecido, no le mando ningún sobre con dólares al
réferi. Pero al parecer el hecho que cuando un defensor mira fija o le saca la
lengua a un delantero de River cobre un penal y si es en contra de River el
árbitro necesita para cobrarlo un certificado de defunción del delantero del
equipo rival.
Si queremos limar las
asperezas, los tumultos y todo lo que empobrece al futbol argentino, allí como
en otros rubros a nivel nacional hay que hacer algo y pronto.