jueves, 23 de diciembre de 2021
Estrella hoy.
Cuando vamos rumbo a los 65 años de vida periodística, nos sentamos
un rato a la orilla del camino y repasamos con la mente a todos los
seres que nos han puesto su hombro, su estímulo, su respeto, su
colaboración y también sus talentos. Y hablando de eso, hemos
incorporado a tres talentos que ya teníamos adentro, a alguien que
vino a cubrir un puesto importantísimo en diario Estrella de la
Mañana: Fabio Ademar Maiolini Sánchez. Un muchacho talentoso,
prudente, muy trabajador e inteligente, en fin, lo que a nosotros nos
estaba faltando en nuestro buen plantel de Estrella de la Mañana.
Ahora podemos decir que estamos todos los que tenemos que estar,
junto a mí, a Liliana mi mujer, a Hugo Acosta, a Eduardo Navarro, a
Federico Montani (la penúltima incorporación feliz que tuvimos), y
darle gracias a Dios, que existe y tenemos pruebas, que cada vez que
necesitamos a alguien con determinadas virtudes en el diario, no sé si
San Antonio, mi santo salvador, o Dios directamente nos lo mandan.
En este momento, junto a Liliana, mi hijo Daniel, mi hijo José Luis,
agregados a Hugo Acosta -un monumento de trabajador; a Eduardo
Navarro –un enamorado perdido de Estrella de la Mañana- todos
arriba del mismo barco, en el mismo río y surcando la misma ruta
exitosa, que no fue fácil, que nos dejó un montón de gente en el
camino, y que no hacemos más que elevar los ojos al cielo para
agradecerle a Dios todos estos favores sin los cuales hubiese sido
imposible llegar a hoy, con este diarito que tanta gente respeta, y tanta
gente importante apoya, porque de esa gente tendríamos que hacer un
libro, y no tenemos tiempo. Pero sin dejar, junto a los nombres de
Fabio, Federico, Hugo, Eduardo, Daniel, José Luis, Liliana y yo, otros
nombres que la vida alejó de nosotros porque la muerte es algo que no
podemos manejar, y es solo cosa de Dios. Allá se fueron mi padre
“chicotazos”, Roberto Bernasconi, Aida Gallato, “Nan” Navarro,
Carlitos Faúl, Alberto Di Paola y tantos más que pedimos disculpas no
poder seguir nombrando por cuestiones de espacio.
Una vez más, con Federico, y con la llegada de Fabio, se parece
demasiado a otro de los milagros que me han rodeado en toda mi
existencia.
Y el agradecimiento eterno a los avisadores, a los lectores, y
agradecerle a Dios que le haya dado tanta paciencia a la gente, como
para disimular los errores cometidos en más de 64 años de querer
hacer algo que no era posible hacer. ¡Pero que lo hicimos! Bienvenido
Fabio, el último de los milagros que sumamos para Estrella, que sigue
siendo la única estrella que se sigue viendo cuando sale el sol.
EL DIRECTOR