lunes, 6 de diciembre de 2021

HUGO MICHELI, UN PERSONAJE QUE NO SE NOS BORRA.

Huguito Micheli hizo todo bien en su vida menos una sola cosa… Fue un gran árbitro de básquet, un gran negociante en madera, nada menos que en la capital nacional del mueble, manejó mucho dinero y perteneció a una familia pudiente de Cañada de Gómez. Cuando ingresó al periodismo, lo hizo en Estrella y tuvo problemas con algunas instituciones y entidades locales porque era demasiado violento, agresivo y directo en sus acusaciones. Se dedicó exclusivamente a escribir para Estrella de la Mañana, un par de veces por semana aparecía como apurado en la dirección de Estrella, cerraba la puerta y me leía el artículo que traía escrito esa madrugada. El quería que yo le pusiera el titulo a sus editoriales porque según él, sin mis títulos sus artículos no se lucían. Huguito Micheli, peronista, se enteró que iban a pasar por Cañada de Gómez, Eduardo Duhalde y Palito Ortega. Iban parando en todos los pueblos difundiendo sus mensajes de campaña. En Estrella le mandamos un mensaje a Duhalde en una caja con diarios y otros elementos que Huguito se comprometió a darle en mano al candidato presidencial que iba a pasar por Cañada de Gómez, más precisamente por la estación del ferrocarril. Fue una noche tormentosa donde aparecieron Duhalde y Palito con un montón de “compañeros” que los acompañaban en esa campaña. El tren estaba formado por una locomotora, un vagón comedor donde iban los políticos, Palito y Duhalde y una chata como tercer vagón donde en cada pueblo sacaban los micrófonos y los parlantes para comunicarse con la gente. Al llegar el tren a Cañada de Gómez, una noche oscura, subió Huguito Micheli pero no lo dejaron entrar al vagón donde estaban Palito y Duhalde sino que le reclamaron que les dejara a uno de los miembros de la delegación el paquete que traía de parte del Diario Estrella de la Mañana con consejos, sugerencias y otras cosas para los dos altos dirigentes. Huguito Micheli dijo: - Yo esto tengo orden de dárselo en mano a Duhalde. Pero no lo dejaron acercarse a Duhalde, cuando ya tronaba y refusilaba en el cielo y Huguito con el paquete en la mano se quedó parado en la chata desde adentro del vagón comedor y le decían que no se mojara porque había empezado a llover y que les diera el paquete que ellos se lo iban a dar a Duhalde. Y Micheli insistió: - Tengo orden de dárselo en mano a Eduardo Duhalde. Y se quedó parado en la chata, él solo, bajo la lluvia. El tren arrancó y el siguió parado en la chata con el paquete en la mano. Al llegar a Carcarañá, recién le permitieron entregarle el paquete a Duhalde y Palito y entonces sí, Huguito se sintió satisfecho. Tomo un taxi en Carcarañá y cuando estaba yo con Lili, mi mujer, cenando en la Parrilla tradicional de Oroño y la ruta, cae Micheli mojado totalmente y contento porque había conseguido entregar el paquete. Ese es un simple hecho que lo pinta de cuerpo entero a nuestro querido e inolvidable amigo. Se convirtió en nuestra figura Estrella del periodismo con sus polémicos editoriales pero empezamos a notar una costumbre de él que no nos gustaba mucho. Hugo Micheli tomaba 17 cafés por día, más después del café una botellita de agua mineral y él no tomaba alcohol con la comida pero una vez por mes salía con algún amigo a festejar con champagne. Esa costumbre con su mujer queríamos sacársela pero no pudimos. Le mandé cartas tratando convencerlo. No lo logré… Una noche se fue con un amigo a un bar de Correa porque era la noche del champagne pero no fue una botella. Habrán sido 3, 5 o 10, o tal vez más, tal es así que cuando amanecía recién decidió volver a su casa con su amigo Butassi y con un auto que le había prestado Pedro Cantarini, un auto de alta gama inglés que no era de Cantarini sino que lo tenía en depósito en su agencia. Al retornar presuntamente alterado por el alcohol y a una velocidad imprudente, en la curva bajando del puente de Correa, muerde la banquina y Huguito Micheli y su amigo Butassi chocan de frente contra un colectivo interurbano, lo que le produjo una muerte instantánea a los dos y un terrible daño económico y financiero a Pedro Cantarini que le había prestado un auto que no era de él. Fue mucho el dolor y el sufrimiento de todo el mundo porque todos sabían que Huguito era un gran chico por más que tuviera sus enemigos y era muy polémico. En un lugar de la casa de Huguito en la calle Ocampo casi San Martín, en una carta mía, decía: - Termina con tus salidas nocturnas, Huguito. Porque en cualquier momento vas a aparecer culo para arriba en una cuneta, (Perdón pero quiero repetir textualmente lo que le dije en la carta).