sábado, 8 de abril de 2017

BUSTINCEROS Y ARGENTINOS


(relato criollo) recordando caballos del Campo Brun
Hoy en mis relatos camperos
ya que con voluntad me hayo,
voya ir nombrando unos caballos
cuando en el campo de Brun vivía.
Junto con Chichina y Juan (el Meli)
(mis padres} en que estrella andarán.
Ya que en nuestra humildad,
los caballos no eran nuestros
y se utilizaban para los trabajos
Porque eran un gran inventario;
valores tan grandes del momento
y que a su debido tiempo
con su ocupación voy a nombrar.
Primero vaya empezar
con una yegua colorada y alta
cuyo oficio era; la nochera,
también buena sinchera
que PETISA se llamaba,
 la solía ensillar, para ir a buscar
a una vaca mansa para ordeñar
y el café mañanero con leche
recién sacada, para desayunar.
El INDIO era un zaino oscuro,
cabo negro bien calzao
había que estar preparao
porque mañas él tenía,
y jamás olvidaré aquel día
que con el sulky se me disparó
pues a cerrar el portón
me había bajado yo.
Que tranquilo
de pecho y frisón
era aquel caballo;
EL ÑATO, de pelaje moro
si que era como un tesoro
en la chacra de los Brun;
para la pechera era bueno
y hacía temblar el balancín
los tiros los llevaba firme
como cuerdas de violín,
y en más de una ocasión
sacaba el carro encajado,
con tan solo gritarle
¡"Vamos Ñato»!
Pues en homenaje a él
colgado está su retrato.
MILONGA se llamaba
petisona, zaina oscura
más de una u otra manera
a los tiros iba a parar
siempre juntos y a la par
en compañía del «NATO»
había cuerda para rato
cuando se trataba de trabajar:
Rastrillar alfalfa recién cortada
o pasar la rastra a tierra arada
resumiendo...eran junta de no parar:
Ahora nombrarla me toca
era doradilla, su nombre...LOCA
percherona, buena altura y gran porte
cuando se la quería enfrenar
un gran miedo ella tenía
siempre se disponía
en forma ruidosa a parpadear,
 es lo que puedo recordar
de su forma rara de actuar
de aquel corpulento animal.
LA SANDUNGA como no recordarte,
por que pal lao de las letras
varios años me llevaste
allá en la Escuela N° 598
de Campo Mosca.
Para este relato ir terminando,
de estos caballos inolvidables
que les he ido nombrando
siempre los estaré recordando
cuando caballos vea,
hoy mi mente jinetea
el más puro reservao
para que en el recuerdo quede grabao
los caballos Bustinceros y Argentinos.

POR: JUAN CASTILLO
«EL  YARA»