Ayer
los restaurantes, bares, lugares de reunión reflejaron el respeto y la emoción
de los amigos por sus amigos. La amistad es algo parecido al amor sin sexo, es algo que nos
reconstruye el alma y nos acompaña cuando tenemos un tropiezo en la vida de los
muchos que todos tenemos.
Pero
nadie tiene la menor duda que por su nobleza, su amor sin límites, y su
emocionante apego a su amo el perro es el mejor amigo del hombre.
Tener
un perro debiera ser una obligación maltratada hoy por la enorme cantidad de
gente que vive en casas de alto, edificios de departamento, donde está
prohibido tener perros.
La
nobleza y el cariño que nos profesan esos animalitos que tienen una
inteligencia y no como antes decían solo hábito e instintos, debiera ser un
ejemplo para la sociedad. Un perro no pide más que cariño, y es tan noble que
cuando se enferma de rabia él sabe que pierde la razón y puede atacar a su amo;
entonces el noble animal huye para cuando le venga la crisis de la rabia y lo
convierta en un peligro para todos él esté lejos de la persona que ama.
¿Quién
sabe porque Dios no les dio el habla?
Para
nosotros debe ser para hacerlo el amigo más perfecto, el que nunca te va a
criticar, ni te va a pedir nada, y que solo con sus gestos solo reclamará tu
cariño y tu respeto a esta amistad de la cual el perro hace una emocionante
culto.
Pensar
que hay mucha gente que le dice “ese tipo es un perro” sin darse cuenta que lo
que quiere decir es exactamente lo contrario.
Nuestro
perro es nuestro mejor amigo.
EL DIRECTOR.