miércoles, 16 de agosto de 2017

FUTBOL - ADEO CAMPEON

LEGITIMADO EN EL TRABAJO Y EN EL ESFUERZO

Merecido y festejado. Estas fueron las sensaciones que experimentaron los hinchas de ADEO después de la obtención de su título número 12. Y dentro de las virtudes que legitiman el logro de los dirigidos por Civarelli, existen diversas aristas por destacar. En principio, la apuesta volcada a las oportunidades que se les brindaron a los jóvenes del club obedece, en gran medida, a una situación obligada por razones económicas. Tanto aquellos jugadores que subieron de 5ta. y 4ta división como los “repatriados” han aprovechado sus oportunidades en función al recorte financiero, y otro tanto, a las contrataciones realizadas a inicio de la temporada que no cumplieron con las expectativas. Lo asombroso fue el corto tiempo de adaptación que tuvieron las piezas que conformaban el equipo. Cuestión que también ha tenido que experimentar el cuerpo técnico. 
Y aún en el transcurso del torneo, cuando el equipo comenzaba a engranar en el funcionamiento de sus piezas, tuvo que sufrir partidas y lesiones impensadas. Primero fue Enzo Zurita, arquero titular lesionado en pretemporada. Su hermano Rodrigo, reemplazante, debió emigrar a otra ciudad. Sin embargo la llegada de Federico Moscatelli calzó como anillo al dedo, llegando a ser valor fundamental en la segunda mitad del torneo y en la parte final. Más tarde, cuando la falta de contundencia en los metros finales había dejado de ser un problema, la transferencia de Mauricio Germi volvió a generar incertidumbre. La explosión de Nicolás “el chori” Argaña –la revelación del campeonato- y el retorno en buena forma de César Olmedo suplantaron con creces una carencia que parecía insustituible.
Otra, tal vez la más notoria y dolorosa, fue la grave lesión de David Díaz que lo margina de las canchas –intervención quirúrgica mediante- hasta 2.018. El hombre polifuncional con el que contaba Civarelli tuvo que abandonar el campeonato antes del cierre de la fase clasificatoria, en tanto otros pibes han tenido que ocupar su lugar. Entre Ignacio Molina, Fabricio Mendoza y hasta Nicolás Mandón tuvieron que pegar el salto y reemplazar a quien muchos consideran el jugador más valioso del portaviones.
Pero la serie final también dejó sus perlitas: Gerardo Giallet –afianzado con el correr de los partidos- debió estar ausente por expulsión, siendo reemplazado por Fabricio Mendoza, jugador que se incorporó al plantel ya iniciado el campeonato, al cual le tocó ocupar un puesto impensado (2do. Zaguero central) y marcar a quien es considerado por muchos el mejor centrodelantero de la Liga. Y al pibe le fue muy bien. Como si todo esto fuera poco, Federico Moscatelli sufrió una lesión facial producto de una intervención odontológica que lo obligó a atajar en Las Parejas con lentes de sol. Y el arquero, en la segunda final, fue una de las figuras del partido, 
En todos estos casos, el portaviones recompuso sus filas y salió airoso por capacidad propia. Una capacidad basada en la seguridad de Moscatelli, la firmeza de Lucas Pascohuinca (para muchos, la figura de este ADEO campeón), la dinámica de Jonathan Rivas y el presente de Andrés Mercuri. Y aquí es dable hacer un paréntesis, porque este apellido resulta ser sinónimo de estirpe ganadora. Con seis títulos bajo el brazo, el capitán de ADEO dio muestra que el amor propio vale más que un año y medio sin jugar y con 40 sobre sus espaldas, y que no existen impedimentos cuando los objetivos son nobles. Mercuri resultó ser hoy más que nunca, el alma del equipo, pero esta vez en su función de “tutor paternalista” de un grupo de pibes que él mismo fue formando desde el fútbol infantil. Seguramente muy pronto, se despida de las canchas siendo hacedor de un nuevo campeonato y compartiendo un mismo terreno de juego con alguien muy especial en su vida.
Todos ellos, más la firmeza de Zacarías Acosta (jugó todos los partidos), la desfachatez del chori Argaña, el ida y vuelta de Joel Barrios, la regularidad de Gerardo Pereyra y de Agustín Germi, más quienes compartieron el plantel a lo largo del torneo, se merecen el momento único de obtener la gloria, aquella añorada por muchos y a la cual no todos llegan. 
En función a la labor futbolística del equipo, no caben dudas que el logro del campeonato está legitimado por una superioridad mostrada ante los conjuntos que tuvo que enfrentar. En la faz económica, este año ADEO ocupó un lugar entre los clubes con menor presupuesto y sin embargo supo vencer, al menos una vez, a todos aquellos que les tocó enfrentar, a excepción del William Kemmis. Así, llegó a la fase final ignorando que lo mejor estaba por venir. En esas instancias venció en condición de visitante a los conjuntos a priori más encumbrados, bajando al mejor equipo de la etapa clasificatoria, al de mayor presupuesto y al último campeón de la Liga, ganándole en la final sin tener que recurrir a la definición en tiros desde el punto del penal. Expuestos todos estos datos a la vista, y a sabiendas que la suerte puede acompañar en un partido, pero no en tantos otros de tamaña envergadura e instancias extremadamente decisivas, quedan demostrados los merecimientos inobjetables de un equipo que definitivamente, ha sabido cómo salir campeón, potencializando sus virtudes, reconociendo sus debilidades y organizando las formas para lograr el objetivo. 
En cuanto al cuerpo técnico, la adaptación a la Liga ha tenido sus bemoles. Pero cuando lo logró, supo amalgamar las potencialidades del grupo con el trabajo y la idea que desde sus componentes se bajaba. En un año muy especial emocionalmente para Victor Hugo Civarelli, con el retorno al club de Oscar Coria y la permanencia de Fernando Latini, más la colaboración de Marcelo Acosta y utileros, se pudo conformar un equipo fuerte que aún en las dificultades pudo sacar fuerzas y salir airoso.
Por último, el reconocimiento para un grupo de nóveles integrantes de la nueva subcomisión de fútbol, que se apoyaron sin miramientos en un proyecto de renovación en base al trabajo y el esfuerzo. A todos ellos corresponde, con total justicia, una cuota parte del merecimiento por esta nueva página que se escribe en la rica historia deportiva de la institución.