La
fe mueve montañas. Un dicho tan viejo como sabio. Si mueve montañas oremos para
que también puedan arrancarle al fondo del mar 44 vidas inocentes de argentinos
encerrados en un submarino en dificultades.
Emociona
entre tanto dolor y preocupación ver el apoyo de las grandes potencias del
mundo a nuestra Argentina querida tratando de salvar 44 vidas argentinas a la
deriva en el fondo del mar. Algo que será una tarea de la que no podemos dar
garantía viendo que nuestros ojos no llegan a ver en miles de kilómetros más
que agua, olas, vientos y tempestades.
Hoy
si que estaremos convencidos de la existencia de Dios más firmemente que nunca
que los argentinos con la ayuda de Estados Unidos, Rusia, Inglaterra y otras
potencias logren encontrar lo que significaría una aguja en un pajar.
Solo
nos queda la fe, que no es poco y seguir orando para que Dios que como siempre
decimos hace muchos años que demostró que es argentino, nos dé una prueba más
de las millones que ya nos dio de su BONDAD y PODER. Ayer fue un día muy
importante porque arrancó una tarea coordinada y mancomunada tras un objetivo
común.
Nada
se ha dejado de hacer. Si no encuentran al submarino es una fatalidad de las
muchas que los humanos soportamos en las páginas de los diarios y la televisión
todos los días.