Mientras
las familias argentinas, agreguemos las familias bien de Argentina, estudian
donde van a recibir la Noche Buena, símbolo de cristianismo, de Fe y amor entre
los seres humanos, otros ciudadanos argentinos piensan diferente y afrontan con
otro tipo de emoción la fecha de Noche Buena. El amor y las ambiciones jamás
caminan tomado de la mano, la verdad y la mentira jamás caminan de la mano.
Como tampoco Dios o el Niño Jesús estarán presentes mañana a la noche en todas
las mesas que junten a los seres que se aman, que tienen Fe en Dios y que saben
que esta vida es un soplo de amor, corto y para muchos bueno y para otros no
tanto, pero que en una dimensión divina estaremos todos algún dia.
A
los seres humanos que poblamos la Argentina con Fe, con cariño a los demás sean
o no amigos o parientes nos entra en el corazón el sentimiento de que aun
aquellos pobres, desvalidos, desheredados de un mejor futuro mañana sientan
ruidos, cuetes, vean fuegos artificiales en el cielo y no tengan un pedazo de
pan dulce o una copa de sidra en su mesa.
Nos
cabe pedirles a los que pueden que miren a sus vecinos imposibilitados de tomar
una copa de sidra o un pedazo de pan dulce y los inviten. Un gesto tan pequeño
es tan grande a los ojos de Dios que seguramente él, como hace siempre, de
alguna forma se lo va a retribuir.
Hoy
la política tiene que dar un paso al costado. Hoy los revanchismos tienen que
quedarse en casa guardados en el sótano bajo llave. Hoy mañana y pasado tenemos
que pensar más con el corazón que con el bolsillo; perdonar las mentiras de los
políticos equivocados mal orientados por sus ambiciones de poder y hacer como
hace 2017 años algo parecido a lo que hicieron aquellos tres reyes magos que
figuran en la biblia cristiana.
Sea
fuerte. Y piense con nosotros que todo esto se superará. ¿Por qué? se
preguntará usted... Porque nosotros seguimos convencidos que Dios es argentino
y que no es casualidad que el Papa también lo sea.
EL DIRECTOR.