Luego
de su paso por Chile, donde recogió amenazas, quema de iglesias, que le tiraran
una camiseta cuando iba en el Papa móvil, cosa que sin embargo no impidieron
que la buena gente se acercara a él como si fuese un Santo que nadie duda que
lo es. Francisco eligió los lugares más peligrosos para ir sabe que hay mucha
gente que quiere matarlo, simplemente por ser un Santo, por estar contra la
injusticia contra los que reniegan de los pobres y en contra de todo dirigente
que no tenga piedad en su corazón por sus semejantes.
Francisco
todo lo hace bien, todo lo dice bien, y no hay ejemplo que no le dé a los
buenos cristianos por lograr la gracia de Dios.
Nosotros
sabemos o al menos imaginamos porque el Papa no quiere venir a la Argentina. El
dolor de ver miles de personas sin trabajo, niños desnutridos que ni a la
escuela pueden ir, gente que sale a robar para darle de comer a su familia,
mezclándose con los que roban por profesión nada más y solo merecerían la
cárcel no en un trabajo honrado.
Argentina
está pasando un momento muy difícil; no se deje engañar por la carrera turística de los feriados
largos o las vacaciones. En la Argentina de hoy ya no son privilegiados los
niños, ya no se miden los delitos con la famosa balanza de dos platillos, ya no
se eligen los que gobiernan el país según su bondad, su generosidad y su
capacidad.
Francisco
sabe eso mejor que todos nosotros… ¿vale la pena que venga a pelear otra vez
contra la misma muralla que le puso el kirchnerismo del cual recibió Francisco
cuando era Bergoglio todo tipo de desaire y ofensas?
Francisco
es un genio. No pretendamos saber más que él ni poner en dudas que si Francisco
hace algo con seguridad que ese “algo” esta abalado por su sabiduría, por su
bondad y su santidad.
Francisco
vendrá a su Argentina cuando este país y sus autoridades lo merezcan.
EL DIRECTOR.