Pese a los cambios que son muchos y sorprenden a los
partidarios de “Cambiemos” esta cantidad de cambios de ida y vueltas de
Mauricio Macri denuncian un auto castigo por cosas que están ocurriendo en el país
y que no debieran existir.
La gente está en la calle.
La gente está con hambre.
Los precios de los alimentos son insostenibles para cualquier
hogar, no solo para los más humildes, en vez de insostenibles impagables.
Hay un tema que enfurece al argentino, incluido el argentino
que voto a Macri siendo peronista, que hoy se raja las vestiduras viendo los
resultados de su cambio.
Ya las manifestaciones, los paros, las protestas y los
incidentes dejaron de ser una noticia para convertirse en una forma de vivir a
la que este gobierno está acostumbrando a la clase medias y bajar y más aun a
los despedidos y las familias sin
trabajo o sostén de ningún tipo.
El acuerdo con el FMI es como esa marca de fuego que les
hacen a todas las vacas para determinar su dueño. Muchos argentinos sentimos el
calor de ese fierro el rojo en el rincón más patriótico de nuestro corazón,
cada vez que alguien habla del fondo monetario internacional que tanto
festejamos cuando hace pocos años Néstor Kirchner les pago y los rajo del país.
El argentino no acepta la derrota de llamar a semejante buitres para que le
sigan chupando la sangre a los buenos argentinos, a los buenos industriales, a
los buenos productores ya este hermoso
país que lo único que tiene de malo hoy es su gobierno.
EL DIRECTOR