sábado, 21 de julio de 2018

UNA “LAGARTIJA” ENTRE PAPELES Y CARPETAS DEL GOBIERNO ARGENTINO




Si de algo tenemos que culpar al actual presidente Mauricio Macri, no solo por sus erráticas medidas en el gobierno que produjeron esta “tormenta” de la que él mismo habla porque la misma fue creada por él y ya cansó hasta a sus propios ex partidarios (porque debe de haber perdido a la gran mayoría) quienes dejan de creer las mentiras. Hemos visto y oído ayer los tonos de macristas, les hemos sentido decir, en la bolsa de comercio, en una reunión de prensa en donde no había prensa libre sino prensa partidaria, en donde dijo mirando a la cámara y sin inmutarse que su gobierno en el 2017 había logrado incorporar 700 mil puestos de trabajo. Si usted no lo escuchó, seguramente pensará mal de este diario. Antes de pensar mal de nosotros busque que le repitan la grabación de lo que dijo nuestro presidente sin ponerse colorado.
También señaló que dentro de unos años, cuando bajemos la inflación, todos vamos a estar bien. Nosotros podríamos agregar a todos los sobrevivientes que de acuerdo a como vienen las cosas, serían partidarios suyos y no todos, porque hay muchos que lo votaron y van a misa todos los días a pedir perdón por el error.
Macri sigue hablando de la herencia. Y tiene razón, hubo corrupción en el gobierno de Cristina, pero Macri en ningún momento pensó en atacar de frente a los corruptos porque al primero que debía meter en cana era a su propio padre y a él mismo como secuaz (como dicen los jueces: “partícipe necesario”)  de la espantosa estafa que hicieron con el correo argentino a las arcas del país.
Ya no tenemos dudas. Macri no solo no va a tener una reelección sino, quizás, una huida tipo De la Rúa de la casa de gobierno.
Y no crea, querido lector, que lo deseamos a ese final. Simplemente pensamos que no hay otro camino para que Argentina supere esta famosa tormenta de la que habla Macri y todo el país.
El simple hecho de que nuestro gobierno deba rendirle cuentas al FMI acerca de lo que está haciendo, ya es una vergüenza para todos los argentinos.
EL DIRECTOR