Se fueron los aviones con los
grandes líderes del mundo, dejando atrás lucidos actos oficiales.
Volvió la guerra de las mentiras,
del arbitrario uso de la justicia y de los salvajes aumentos de tarifas con que
el FMI quiere esquilar al pueblo argentino.
No sabemos si los objetivos
perseguidos por el G-20 justificaron los gastos ocasionados pero al menos
significó que el mundo supiera que en el sur de América está el país más lindo
del mundo. Lamentablemente, también ese país peor administrado y dirigido del
mundo.
EL DIRECTOR.