El fallecimiento de un amigo de todos
un gran médico, al estilo de un Favaloro pequeño que se identificaba con sus
enfermos que les regalaba remedios carísimos a quienes no los podían comprar (de
las muestras gratis que le daban los viajantes) y que era un hermano de todos,
una actividad a gran escala por sus
pacientes que atendía en el Sanatorio Regional de Cañada de Gómez.
Habia sufrido ya hace un tiempo
el feo resultado de un cáncer de pulmón que generalmente son los “regalos” que
le deja el tabaco a los pulmones. Superó más recientemente otro par de
operaciones por otro tipo de cáncer seguramente a raíz de una metástasis en el
estomagó, pero ya era imparable, una metástasis mortal que el desafío hasta el
ultimo día en que pudo trabajar. Sus compañeros de trabajo y sus enfermeras
destacan el esfuerzo que hizo Luis para zafar de ese dañino mal para luchar
contra el que viajaba a hacerse quimioterapia, que iba solo a Rosario en su
auto, volvía a Cañada de Gómez y no dejaba de trabajar.
Era un amigo nuestro y de cada
uno de sus pacientes. Honro a la medicina Argentina y a los sacrificados
médicos de cabecera tan populares entre la gente y a veces tan poco tenidos en
cuenta. Que no era el caso de Luis María Crossa, un pequeño Favaloro que le
hizo honor a su profesión.
No tenemos palabras en” Estrella
de la Mañana”, que puedan llegar a hacerle justicia, toda la justicia que el
merecía, en este ultimo adiós que nunca hubiésemos querido escribir.